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Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)

Reseña de Thrustmaster T-GT 2, el viaje nostálgico solo apto para fans de la marca que se ciñan exclusivamente a Gran Turismo Sport.

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Este verano el fabricante galo Guillemot presentó el Thrustmaster T-GT II como renovación de uno de sus volantes estrella para juegos de conducción, en concreto con compatibilidad para PS5, PS4 y PC y con licencia Gran Turismo. Aporta, dicen, "cuatro años de mejoras" tras "23.000 horas de ingeniería" y nuevos estándares respecto al modelo original de 2017, pero apoyándose en la misma tecnología de correa (doble) sin cepillos. Todo esto, según Thrustmaster, para ofrecer un producto moderno, listo para la competición y enfocado a los eSports o a los amantes del simracing más entusiastas. Como cuando una escudería presenta su nuevo bólido de carreras para optar al campeonato en la nueva temporada, vaya.

Sin embargo, lo que nos hemos encontrado en nuestras sesiones de pruebas son unas sensaciones entre nostálgicas y anticuadas que todavía recuerdan a las viejas glorias de la compañía. Más bien, por tanto, como cuando vuelves a coger ese coche que pasaste de segunda mano a tu hermano pequeño.

Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)
Thrustmaster T-GT II montado y listo para arrancar.

El pack completo del Thrustmaster T-GT II tiene un precio de 750 euros y consta de base motora, volante y pedales (T3PA), en orden decreciente de calidad. Además, viene una vez más con la característica fuente de alimentación T-Turbo en forma de ídem. La verdad es que el diseño de estos cuatro elementos es prácticamente idéntico al del original y, como el embalaje básico de poliexpán tampoco ha avanzado, ya a simple vista parece que estamos ante un producto de hace un tiempo.

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La base de servomotor es la que contiene las novedades principales, mejorando la respuesta y las señales respecto al modelo original. Tanto entonces, como ahora, los fabricantes han trabajado codo con codo con el equipo de Polyphony Digital para conseguir la mejor compatibilidad y respuesta con Gran Turismo Sport, pero de esa entrega ya han pasado varios años y lo cierto es que esperábamos más avances y un tacto más fino y elegante no solo en GT Sport, sino en cualquier juego actual de asfalto o rally.

Nuestro test, de hecho, se ha centrado principalmente en Assetto Corsa Competizione pues, con el permiso del propio GT Sport en consola, o de los perennes de PC iRacing y Automobilista 2, es quizá el simulador más universal del momento, al centrarse en circuitos conocidos y clase GT3. Y en rally tenemos WRC 10 y 9 o Dirt Rally 2.0. Esta es una carrera en ACC con este conjunto de volante y pedales, con el Mercedes-AMG GT3 en Zandvoort:

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Ese tiempo sobre 1:41, aunque sea una carrera contra otros coches, queda unos segundos por encima de nuestros registros habituales en el trazado, y creemos que parte de 'culpa' la tiene el volante de Thrustmaster. Resulta que, pese a las mejoras, pese a la fuerza de los 40 W del servomotor y la potencia de los 400 W de la fuente, echamos en falta más señales en las manos, más sutileza. Los pianos se notan, aunque un poco tímidos, al igual que la dirección, pero sensaciones como la pérdida de tracción cuando el coche va a derrapar no se perciben como es debido. No entendemos, por tanto, si es que los nuevos efectos desarrollados, en parte centrados en subviraje y sobreviraje, solo se pueden percibir en Gran Turismo.

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Y rasca, cómo rasca. No estamos pidiendo a Thrustmaster que dé el salto a la tracción directa, aunque estaríamos encantados de verles competir en esa categoría por el bien de todos, pero es que con correas sin cepillos hemos visto productos mucho más inmediatos y agradables al tacto. Ya solo al calibrar el volante y escuchar ese ruido, más característico de un juguete al que estás dando cuerda, saca un poco de la ilusión, y estamos hablando de una simulación. El mítico Thrustmaster T300RS, o el Thrustmaster TX Racing Wheel Ferrari 458 Italia Edition que tantas veces hemos usado en Gamereactor, sonaban y se sentían muy parecidos... cuando eran novedad para la nueva generación de PS4 y Xbox One en 2014.

Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)
Los cuatro componentes principales. La fuente de alimentación es una pasada. La trasera tiene buen aspecto, pero los conectores están un poco anticuados.

El volante en sí es otro calco. Con la misma botonera con licencia PlayStation y con 28 cm de diámetro. Por mucho que al señor Yamauchi le guste ese tamaño, importa. ¿Por qué no subir a 30 cm para aumentar el realismo, cuando otros fabricantes ya hacen incluso 32 cm? El tacto de la piel del anillo es aceptable (aunque se escurre un poco), al igual que el de la cruceta digital, y mejores aún son las cuatro ruedas de control pero el clic de las manetas también es plasticoso y escandaloso, recuperando el tacto general de juguete.

El diseño y la fabricación de la base servomotora sí parecen dar la talla. Es una unidad compacta, contundente, que parece garantizar la durabilidad a largo plazo, y cuyas placas electrónicas interiores han sido certificadas en este sentido. No sabemos, sin embargo, si esta certificación, al igual que las licencias de PlayStation, han tenido impacto en ese precio tan elevado del pack. No obstante, aquí también nos habría gustado ver un sistema de Quick Release para intercambiar volantes (todavía va a rosca), o unos conectores más fiables y a prueba de tirones. Y, a nivel estético, ¿de verdad era necesaria esa enorme pegatina blanca en más idiomas que El Quijote?

Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)
"Vamos a estropear este diseño tan deportivo con una pegatina gigante".

Pero el principal problema no es la base, ni el volante, ni esa fuente de alimentación tan molona que han mantenido con su forma toroidal para una mejor refrigeración. No, el principal problema es la falta de información en los pies. Los pedales T3PA, simplemente, no están a la altura, y mira que esa altura no es mucha. El recorrido es ínfimo, al igual que la resistencia, de modo que es muy complicado calibrar la pisada, acelerar a medio gas o frenar sutilmente. Sin célula de carga (incluida en los T-LCM ligeramente más caros), de poco sirve el tope de goma incluido. Por el precio del conjunto, el Thrustmaster T-GT II merecía un periférico que, al menos, informara tanto como la base del volante, y no unos pedales tan flojos y vacíos que hacen que la solución de Nintendo Labo ofrezca más sensibilidad.

Por si fuera poco, el anclaje de los pedales a una base (nosotros usamos el pesado GTtrack de Next Level Racing) se realiza mediante tres tornillos en línea transversal, sin diferencia longitudinal. En el volante, esto puede ser más pasable dado el diseño en cuña de la base, y ni siquiera, pero en los pedales, que se van a llevar patadas y pisotones, no nos cabe entender cómo no se han dispuesto orificios a la larga para un mejor asentamiento y resistencia.

Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)
Los pedales son metálicos, pero su tacto y respuesta es pobre.

Finalmente, también tuvimos algunos problemas con la detección del periférico, el reconocimiento USB, el entendimiento con Assetto Corsa Competizione (al tocar en DOR Steer Lock los grados de rotación máxima), o el cambio de su interruptor de modo (de "GT" a "Other"), porque las cuestiones de software tampoco han avanzado demasiado.

Así las cosas, nos cuesta bastante recomendar el conjunto de volante y pedales Thrustmaster T-GT II a quien quiera comprar un pack completo para iniciarse en el simracing, y mucho más a quien lo haya podido ver como un producto de competición o de entusiastas. Al menos, a los primeros, hasta que tenga un precio competitivo para posicionarse en la gama de entrada. Por su elevado precio de 750 euros no es muy serio, es bastante ruidoso y no ofrece el mejor force feedback de su gama. El original fue muy bueno en 2017 para Gran Turismo Sport, pero tenía unas pegas muy parecidas: era caro y los pedales sin célula de carga no estaban a la altura de la base. En 2021 esto no ha cambiado mucho, pero las bases motoras sí que han evolucionado. Sería muy fácil decir que hay soluciones de tracción directa que le hacen sonrojar en precios similares (no hemos mencionado el Fanatec CSL DD hasta ahora), pero sería injusto porque a las soluciones de correa también se les puede pedir más.

Análisis de Thrustmaster T-GT II (volante y pedales)
Estéticamente, el Thrustmaster T-GT II queda mucho mejor de lo que luego rinde y suena.
06 Gamereactor España
6 / 10
+
Base compacta. Mejoras interiores. Potente. La fuente con forma de turbo. Las ruedas de control.
-
Muy caro. Presentación arcaica. Tacto y diámetro de juguete. Faltan matices. Pedales muy flojos.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países


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