Análisis del MSI GS75 Stealth 8SG

El tirón de los portátiles gaming ultrafinos de alto rendimiento es bastante reciente y cualquiera se preguntaría cómo se las arreglarán los fabricantes para aumentar la potencia y la capacidad sin recalentar un equipo tan fino.

Hemos probado el tope de gama 8SG, que monta una gráfica adaptada RTX2080 Max-Q, pero hay dos modelos más pequeños disponibles, con la GeForce RTX 2070 y la GeForce RTX 2060, por si no quieres gastarte una pasta en un 8SG con mejores componentes. A pesar de que nos gustaría criticar el precio de MSI, los otros portátiles con la tarjeta RTX 2080 que tenemos en la oficina son aun más caros. Parecerá increíble pero, en comparación con otros competidores, este MSI es bastante barato (ronda los 3500 €).

Ahora bien, ¿es un precio razonable? ¿merece la pena pagar tanto? En primer lugar, el portátil pesa más o menos 2 kg, tiene un grosor de menos de 1,9 cm, un bisel de pantalla de 5,2 mm, un panel táctil que funciona bien y un buen teclado con luz RGB individual. Este MSI también está preparado para el uso de tres discos M.2 SSD, algo que viene por evolución propia. Aunque solo dos tienen soporte NVMe.

Todas estas características y detalles están revestidos por un chasis de metal sólido, del cual nos agradaron especialmente las bisagras de la pantalla. Los altavoces, colocados sobre el teclado, son de Dynaudio y funcionan bien para un ordenador de este tamaño. El panel del ratón es bastante grande, fácil de utilizar y está bien, aunque tiene curva. Los conectores y los puertos son estándar, aunque incluye minijack de auriculares y puertos HDMI, MicroSD y Ethernet, tres puertos USB 3.1, un puerto UBS-C de primera generación y uno de segunda generación con Thunderbolt 3, todos recubiertos en oro.

La base del portátil se utiliza como una entrada de aire gigante y esto es coherente, considerando lo compacto que es el ordenador. La fuente de alimentación también se ha reducido a un tamaño razonable de más o menos dos teléfonos móviles uno encima del otro. Teniendo en cuenta que en la oficina tenemos otra máquina más floja con una fuente de alimentación que es tres veces más grande y más pesada que la de MSI, nos ha gustado ver que los fabricantes se empiezan a tomar esto en serio.

Como era de esperar en un portátil de gaming de esta categoría, la pantalla es de 17,3 pulgadas y 144z Hz. No obstante, la describen como si fuese una pantalla IPS y no lo es, lo cual se nota en los colores, aunque la saturación y el nivel de negro son correctos. Simplemente, no es tan vibrante como lo sería si fuese una pantalla IPS.

La batería ofrece una autonomía real de seis horas en uso normal (con el brillo bajo y la tarjeta gráfica desactivada). Eso sí, en cuanto dejas que la RTX haga su magia, la batería se consume a uno por ciento por minuto. En algunas pruebas en la oficina, nos duró hasta una hora y diez minutos, pero ya nos lo esperábamos. La CPU es un i7-8759H y la placa base es un chipset Intel HM370. El portátil también incluye dos memorias DDR4-2666 de 16 GB y, aunque quizá no sean necesarias, nos vienen bien a los que utilizamos Chrome.

Nuestra única crítica de diseño es la disposición del cable de carga: está en un sitio que lo coloca justo delante de un puerto de ventilación. Por otro lado, el software proporciona un acceso fácil y rápido a la información importante y a la configuración, así como un "Dragon Center"; la conexión wi-fi es estable y rápida, o al menos lo era en nuestra prueba, y también incluye una entrada LAN y Bluetooth 5.

A continuación te dejamos algunos benchmark.

3D Mark

• Time Spy: 6866
• Time Spy Extreme: 3105
• Port Royal: 4016
• Fire Strike Ultra: 4337
• Fire Strike Extreme: 4342
• Fire Strike: 15536

Total War: Warhammer II

• Ultra: 75,9
• Alto: 97,0
• Medio: 128,6

Far Cry 5

• Ultra: 88
• Alto: 94
• Medio: 98

Assassin's Creed Odyssey

• Medio: 80
• Alto: 70
• Ultra: 50

Middle-Earth: Shadow of War

• Ultra: 93
• Alto: 115
• Medio: 136

The Division

• Ultra: 89,5
• Alto: 113,1
• Medio: 136,2

A lo largo de nuestros tests, hubo una enorme mejora en el mismo hardware al comparar con la gráfica GTX1080 Max-Q. La diferencia era de más o menos 10 % al cambiar a la configuración media, pero el MSI GS75 Stealth 8SG demostró su poderío con cargas de trabajo mayores.

Normalmente, la refrigeración resulta un problema a la hora de probar portátiles tan pequeños. En la CPU, registramos temperaturas entre 48 y 96 grados dependiendo de la carga de trabajo, que ya son 8 o 10 grados de más, mientras que la GPU nunca pasaba los 73 grados. En nuestra opinión, habría sido mejor si el ordenador ventilara más la CPU, ya que la GPU soporta más calor. De acuerdo con MSI, la CPU y la GPU tienen sistemas de refrigeración por separado y, si uno de ellos tiene una gran carga de trabajo, no le afectaría al otro. El sistema es clásico con una entrada de aire en la base, que empuja el aire caliente hacia fuera por los lados y la parte de atrás. El nivel de ruido es aceptable: no hace ruido en circunstancias normales, pero emite 44 dB con sobrecarga y 51 dB con el CoolerBoost activado.

Debido a que el MSI GS75 Stealth 8SG es un portátil de tan buena calidad, no nos podemos quejar si se recalienta un poco. No obstante, nos hubiera gustado que el chasis que rodea la pantalla fuese un poco más resistente y que la pantalla tuviera colores más vibrantes. Aunque el portátil de MSI sea relativamente barato en comparación con sus competidores, no sabemos si merecerá la pena sin una pantalla IPS. No obstante, el hardware es de primera y en conjunto es lo mejor de lo mejor en un formato ultrabook gaming en relación calidad-precio.