Análisis de Anno 1800

En Anno 1800, Bluebyte y su gran equipo de desarrolladores nos demuestran cómo tiene que ser un simulador de construcción triple-A. Sus preciosas islas repletas de casas con cientos de habitantes han dejado el listón muy alto para otros juegos de este género. La mecánica no ha cambiado tanto, por lo que los veteranos de la serie se sentirán como en casa en la revolución industrial.

Aunque la 'chicha' del juego siempre fuese el mundo abierto estilo 'sandbox', Anno 1800 también incluye una gran campaña para juego en solitario como tutorial y herramienta de construcción. La historia llevará a tu personaje, que se ha arruinado recientemente, y a su hermana a través de una serie de sencillas misiones acerca de tu difunto padre, a quien detuvieron injustamente. Los personajes 3D y la narrativa están bien elaborados y animados, pero sus personalidades son tan cliché que no sabes si es una parodia y resulta imposible tomarse en serio el drama de la historia.

Por desgracia, el diálogo tan poco natural continúa en el mundo abierto, pero es menos notorio: tus rivales y tus aliados son una serie de caricaturas que sueltan frases repetidas y poco originales. Parecerá raro que estemos criticando un simulador por su narrativa, pero es que se han centrado tanto en los demás detalles que han dejado de lado el diálogo. En general, la IA parece muy pasiva y ni siquiera tus aliados te ayudan con los ataques de los piratas, solo se dedican a navegar mientras los enemigos derriban tus barcos.

La serie Anno siempre se ha basado en construir tu ciudad y cumplir las necesidades de tus habitantes para conseguir productos y servicios de buena calidad. Así, la revolución industrial no será diferente y todos, desde agricultores, artesanos hasta ingenieros, te harán trabajar desde el minuto uno. Hay un montón de cosechas, materiales, productos de lujo y componentes de barco diferentes que fabricar y con los que comerciar, por lo que, poco a poco, se complicará el juego y tendrás que manejar una cadena de producción compleja y multiregional mientras que lidias con tus rivales, expediciones, aventuras y otras tareas del estilo.

No obstante, este cambio ha provocado algunos problemas con el ritmo del juego, pues pasa de vigilar una ciudad sencilla a hacer malabares para cambiar de una isla a otra, arreglar problemas de producción y apagar fuegos aquí y allá. Además, no puedes dar órdenes mientras está en pausa, lo cual es una pena porque el juego no se para ni cuando tienes que decidir qué hacer con un bloqueo del camino en una ventana de expedición. Simplemente, el juego continúa de fondo aunque no puedas ver qué está pasando más allá de las ilustraciones, textos y elecciones de la expedición.

El juego se centra en la organización y, si planeabas construir casas por doquier, quizá te encuentres con desabastecimientos, revueltas e incendios. Puede que sea un poco agobiante al principio pero, afortunadamente, la interfaz ayuda mucho en este sentido. Todos los edificios están catalogados por cadena de producción, por lo que si, por ejemplo, tienes que crear Acero, todos los edificios que necesitarás están en la misma ventana de construcción. Es bastante inteligente para un juego que se basa en convertir un recurso en otro y así sucesivamente. Otros detalles que nos han gustado son el acceso rápido a los edificios más utilizados y el modo blueprint (planos) para planear nuevas áreas sin tener que gastar recursos en los edificios y demás.

Sin embargo, el fallo de la interfaz es la falta de información centralizada; habría sido positivo tener una vista general de tus ciudades, junto con gráficos de producción de recursos para planear tus siguientes movimientos o resolver obstáculos más fácilmente. Otra cosa que nos ha sorprendido ha sido que el desempleo no afecta a los trabajadores, o que no se muestre el cambio del trabajo intensivo de agricultura y producción con la automatización e industrialización.

Los gráficos y el audio de Anno 1800 son de lo mejor que hemos visto: la transición de aldeas de campo pequeñas a metrópolis ruidosas con enormes centrales industriales es clara y potente. Las calles están repletas de gente ocupándose de sus asuntos y todos los edificios de producción están hechos a medida, desde plantas de acero hasta campos de patatas. El paso del Mundo Antiguo al Mundo Nuevo llama la atención, con arces y abedules que se transforman en palmeras, cosechas exóticas y playas. Los edificios del nuevo mundo tienen un estilo arquitectónico colonialista que nos recuerda al pasado oscuro de Europa. La música resulta optimista e impresionante, pero un poco repetitiva. En general, las capturas de pantalla no le hacen justicia al juego: tenéis que verlo en directo.

Anno 1800 es un juego con una apariencia magnífica que es ejemplo de lo que un gran estudio puede hacer. Hay muchísimas cosas que mejorar y alterar mientras desarrollas tu ciudad y la conviertes en un crisol de gente y culturas. Los personajes ridículos de los que no sabes qué pensar pueden afectar al juego en solitario, así como la falta de una vista general hace que resolver los problemas sea más complicado. El juego tiene opción multijugador en la que cada uno controlará su propia "nación", pero han prometido que en parches futuros incluirán experiencias más cooperativas para compartir una única nación. Esta sería una incorporación excelente que reduciría el estrés y facilitaría el manejo de un imperio tan grande.