Análisis de Arizona Sunshine

A principios de este año Sony lanzó el Aim Controller para PSVR junto con Farpoint, un nuevo título para el periférico con forma de pistola. Con este exitoso lanzamiento y el nivel de interés en alza, encontramos ahora una lista de títulos esperando subirse al carro del Aim Controller. El último es este shooter de zombis, Arizona Sunshine, que algunos ya habíamos probado satisfactoriamente en HTC Vive. Pongámonos las gafas de realidad virtual de PS4, pues, para ver si puede subir aún más el listón.

En el juego eres un superviviente anónimo que vaga por Arizona en busca de pistas y otra gente, con la esperanza de encontrar algo más en la vida que rematar en soledad a los no muertos. Sin duda no es el escenario más original para un juego y el escaso argumento no consigue impresionar, pues nos recuerda a muchos otros juegos y películas de zombis que ya hemos jugado y visto mil veces.

De hecho, el juego no consigue dar con una perspectiva original para la trama. Por ejemplo, echa mano de muchos clichés y el guión chirría a veces. La acción se desarrolla entre tiroteos pasilleros contra los muertos vivientes y puzles poco originales como "encuentra X para abrir la puerta Y". De vez en cuando nuestro héroe anónimo hace alguna broma y parece ser el único que le encuentra la gracia. Se nota que el juego intenta ser "guay", pero se podría discutir cuánto se esfuerza para conseguirlo.

Respecto a los controles por movimiento, para la locomoción se puede elegir entre movimiento libre (pero no da tanto como la 'room scale' de Vive), apoyándose en el stick analógico, o "teletransporte", que significa que no serás tú el que mueva al personaje, sino que se quedará quieto en un punto mientras que tú te centras en apuntar y en mover objetos antes de pasar a la siguiente escena. Dadas las limitaciones del hardware el juego recomienda la segunda opción y funciona bien, sin levantarte el estómago por la cinetosis.

Hace falta un poco de destreza para disparar y acertar a los zombis sin asistencia de apuntado, y eso convierte en un placer usar Aim Controller. Algunos de los mejores momentos que hemos pasado con el juego han sido las prisas bajo presión cuando hay bastantes no muertos aproximándose a ti y te cuesta recargar la pistola y atinar con un disparo certero. En ese momento el juego consigue una sensación auténtica de presión y tensión, lo que juega a su favor.

Por lo demás, no es que haya mucha atmósfera, y no ayuda el hecho de que no haya opción de utilizar combate cuerpo a cuerpo en momentos de pánico en las distancias cortas. La física de las armas tampoco es genial, pues las manos y las armas se sobreponen y atraviesan con cualquier objeto que se acerque demasiado.

Sin duda, Arizona Sunshine es técnicamente menos ambicioso de lo que habríamos esperado y queda patente en los modelos rácanos en polígonos y las animaciones pobres, sin mencionar las texturas borrosas y la iluminación simplona. Aunque hay una variedad decente de zombis, no se han esforzado demasiado en colocarlos en sus contextos lógicos. Al entrar en un campo militar, por ejemplo, nos encontramos a zombis de estilo adolescente patinador en vez de zombis soldado, lo que resulta un poco raro.

Hay indicios de otro tipo de interacción más interesante con características como arrancar miembros a los zombis de un tiro o la posibilidad de abrir coches para buscar objetos, pero también encuentras otros vehículos con los que no puedes hacer nada. Todos estos detalles hacen que Arizona Sunshine parezca un producto sin acabar: a veces los zombis atraviesan obstáculos al correr, las animaciones no fluyen de manera natural y cuando lanzas objetos se solapan con las paredes o desaparecen por completo.

Y hay más. Máscaras que dicen a gritos "coleccionable" pero que solo se pueden recoger, sin conseguir ninguna recompensa. Ciertas armas especiales tampoco se pueden sacar de las zonas límite, aunque sí las puedas equipar. Ni si quiera hemos encontrado una manera obvia de pausar el juego, y de cambiar los ajustes ya ni hablemos, a pesar de que el menú pone que debería de poder hacerse mediante el reloj de pulsera integrado en el juego. Lo único que hace el reloj es resaltar los impactos que quedan y darnos la opción de terminar la partida.

Tras el divertido Farpoint, que también se adapta especialmente al Aim Controller, Arizona Sunshine resulta ser una decepción (aunque deberíamos de añadir que es posible jugar sin este mando especial en PS4 o con otros sistemas en PC). Este tibio shooter de zombis deja sensación de simplón e inacabado y lo único destacable es que la mecánica de los disparos funciona correctamente, ofreciendo algunos momentos intensos en lo que por lo demás parece una producción inferior. Aunque no diríamos que Arizona Sunshine llega a ser una demo o un experimento tecnológico de VR, tampoco se queda muy lejos. Tal y como está ahora mismo dista mucho de los avanzados juegos de realidad virtual de gran calidad que sigue pidiendo la plataforma de Sony.