Análisis de ARK Park

Hace algo más de un año, Crytek lanzaba un juego de Realidad Virtual con temática primitiva que estaba llamado a conquistar a los jugadores de un recién lanzado PlayStation VR. Robinson: The Journey tenía muy buena pinta, era visualmente espectacular, pero en mecánicas y duración fue decepcionante. Chinese Snail quiere devolver esa esperanza al jugador que quiere vivir en un parque jurásico tomando una de las licencia de dinosaurios que mejor han funcionado en los últimos tiempos, ARK: Survival Evolve. Por desgracias, la marca es lo mejor que ofrece.

Como su hermano mayor, ARK Park no tiene un guión establecido. Invita al jugador a moverse libremente por unas instalaciones con dinosaurios y a vivir lo que allí sucede a su manera. Hay tres cosas que hacer, tres secciones que tienes que descubrir por tu cuenta porque no hay ni un solo tutorial ni una guía. La parte científica es para conocer a estos animales del pasado e inspeccionarlos de cerca. Pero tampoco aporta muchos datos ni curiosidades, es poco más que hacer un zoom en ellos y ya.

Después está la parte del coleccionista. El jugador puede moverse por estos entornos naturales y perderse entre la vida. En cada nivel hay una serie de piezas informativas que hay que conseguir para poder acceder al siguiente. Son datos que no aparecen hasta que escaneas a cierto dinosaurio, picas en una roca o frotas una planta con los guantes de trabajo. Pero no es que estemos hablando de un lugar gigantesco, al contrario, son zonas muy pequeñitas, como una habitación.

Por último hay un momento de acción que no tiene ningún sentido. Es un tiroteo con coberturas para defender la base. Mientras tanto, los dinosaurios corren contra una... cosa de ciencia ficción sin importarles mucho lo que haga el jugador. Cuando llegan a ese punto provocan que la energía disponible empiece a reducirse, así que hay que dispararles antes de que se acerquen para que desaparezcan en el ambiente como un juego de hace 30 años.

Puede que así, descritas, estas tres partes suenen bien y hasta pueda encontrarse algún sentido o relación, pero es imposible disfrutar de ellas. La razón principal está en el control, porque hasta los movimientos más básicos se ejecutan mal, y hemos probado tanto con mandos Move como con un DualShock 4. El movimiento básico es mediante teletransportación entre puntos a los que vas apuntando, pero o se pasa de móvil o no responde bien. Y como las zonas son tan pequeñas hay muchos muros invisibles. Estos dos fallos, ubicación y cámara, afectan todo el tiempo, también cuando vas a coger un objeto o eliges usar uno del inventario. Hay fallos tan estúpidos como que si empiezas a jugar con Move y luego cambias a DualShock, seguirán apareciendo indicaciones para los primeros, incluso sin tener sus mismos botones.

El apartado visual de ARK Park no es horroroso, pero mejor no pararse a mirar demasiado. Las texturas son de baja calidad, borrosas, y los modelados 3D de personajes, dinosaurios y plantas son demasiado sencillos, anticuados, así que lo que podría ser un paseo agradable y contemplativo deja de merecer la pena. Lo peor es lo rígido y seco que se comporta. Los animales tienen un patrón único de movimiento que repiten sin sentido, y además su falta de peso y su colocación sobre la superficie hacen que sea aún más llamativo negativamente. Las colisiones no suelen funcionar, y pasan por delante de árboles y setos cuando quieren.

El gameplay tampoco es mucho mejor. Algunos de esos objetos que podíamos coger son para lanzárselo a donde toque. Cargas, lanzas y a ver dónde cae, ¿no? Pues no, todos vuelan de la misma forma y al mismo sitio independientemente de lo que pesen o la fuerza que hagas, y además hacen el mismo ruido al caer. Y una vez que se han usado, desaparecen de ahí y vuelven al lugar inicial... a veces. Otras ni eso, así que si lo necesitabas para algo estás perdido.

Los menús del juego también nos han puesto un poco de los nervios. La interfaz coloca elementos importantes muy abajo, y hace lo mismo con algunos textos y ejemplos, por lo que al final acabas con el cuello un poco cansado de tanto mirar hacia abajo. Pero es que hay ocasiones en las que ni siquiera aparecen donde deben, quedan ilegibles.

ARK Park tenía el potencial de convertirse en el lugar de recreo de un juego que ya de por sí tiene millones de jugadores, pero sin embargo parece un centro de tortura. Lo bueno es que el mal trago no dura mucho, porque tiene contenido para poco más de media hora de media hora de experiencia. Mejor nos centramos en Jurassic World Evolution, que pinta mucho mejor, aunque no sea VR.