Caballero Luna podría ser una buena película en lugar de una serie pasable

Los cuatro primeros episodios de Caballero Luna no es que me impresionaran, pero dejaban ver cierto potencial en la historia que aún se podía aprovechar y que esperaba que los últimos dos episodios fuesen capaces de gestionar. Pues tengo buenas y malas noticias. La buena noticia es que el último tercio de la serie muestra algunos aspectos interesantes que esperaba poder ver. Por desgracia, son muy pocos y llegan demasiado tarde como para que la serie deje de ser, en general, solamente aceptable.

Este es el mejor ejemplo de cómo Marvel diluye y estira una trama que podría haber sido, sin problema, una película mucho más corta y entretenida. Claro que hay algunas partes interesantes en los primeros cuatro episodios, con momentos divertidos y de reflexión, pero una decepcionante gran mayoría acababa desinflándose, y su innecesario desarrollo se encarga de darnos bien masticada una información que, por lo visto, los productores creyeron que no podríamos comprender a no ser que nos la repitieran cada cinco minutos. Oscar Isaac, Ethan Hawke y los demás se esfuerzan por hacer más llevaderas algunas de estas partes gracias a una actuación decente, dejándonos un puñado de escenas memorables que, por lo general, tienen poco que ver con otras partes del Universo Cinematográfico de Marvel.

Merece la pena tomar nota de ese último apunte, ya que el punto fuerte de Caballero Luna sigue siendo la falta de referencias a lo ya conocido del UCM. El tener prácticamente vía libre es un soplo de aire fresco para la desgastada fórmula, haciendo que sea más interesante especular sobre qué está pasando en realidad y hacia dónde se encaminan los hechos. Esta novedad se aplica también a la dirección de la serie. El ritmo, la cinematografía, el humor y los temas se diferencian de la mayoría de películas y series de Marvel, lo que me lleva al razonamiento que hay tras el título de esta reseña.

La perdición de esta serie es, como ya he mencionado, que hay más cantidad que calidad. Caballero Luna podría haber conseguido el mismo resultado que la primera película de Iron Man si Marvel hubiese decidido eliminar parte del relleno y hacer simplemente una película. Los episodios cinco y seis parecen los actos finales de un filme, con una trama y acción interesantes, cimentado sobre una buena base creada por los capítulos anteriores, que deberían haber sido más concisos. Creo que el resultado habría sido el mismo si Iron Man hubiese sido una serie en la que cuatro de sus seis episodios se hubieran centrado en cómo Tony Stark se construye su primer traje en el desierto, contando en los dos últimos todo lo demás.

En su lugar, nos dieron una película con un ritmo y una estructura mucho mejores, que confiaba en que los espectadores pudiesen al menos unir alguno de los puntos por sí mismos, algo que creo que habría beneficiado mucho a Caballero Luna.

Digo todo esto porque Caballero Luna no es una mala serie. Simplemente, quiere abusar de su acogida con demasiadas escenas irrelevantes que sólo sirven para grabar a fuego en la mente del espectador algunos detalles de la trama, haciendo que Hulk parezca Míster Fantástico en comparación. Es una auténtica pena, sobre todo cuando las últimas partes de la serie demuestran que podría haber sido algo mucho más especial, incluso aunque fuese predecible, solo si los primeros episodios hubiesen tenido menos relleno y los hubiesen desarrollado mejor.