Análisis de Doraemon Story of Seasons

En el país del sol naciente todos conocen a Doraemon, el simpático gato robótico que odia ser confundido con un mapache azul y blanco. Este adorable personaje nació en 1970, pero fue en 1973 cuando hizo su aparición en televisión, marcando para siempre a pequeños y mayores. Aparte de en la serie también ha estado presente en anuncios y en contenidos educativos, algo que lo convierte en un símbolo nacional, codeándose con grandes como Godzilla -literalmente-, Totoro o el fontanero que hace de todo menos arreglar tuberías, Mario.

En el resto del mundo, sin embargo, el robot del siglo XXII no tuvo un impacto similar, por lo que os pondremos al día. Doraemon viajó atrás en el tiempo hasta llegar al Tokio del presente, donde vive y ayuda a Nobita Nobi. Este chico, que en el momento tiene 10 años, es un ancestro del creador de Doraemon, quien se lo manda para que le ayude, puesto que es una persona de buen corazón pero desastrosa.

La inmensa mayoría de episodios del anime tienen una trama similar; Nobita se mete en problemas, y Doraemon está ahí para ayudarle. ¿Y con qué le ayuda? Pues eso depende de cada episodio, ya que cuenta con un bolsillo mágico de cuatro dimensiones que está lleno de cacharros y aparatos del futuro. Normalmente el gato cósmico siempre tiene un par de artilugios para sacar a Nobita de los problemas, que siempre acaba enredando todo aún mas por hacer un mal uso de los artilugios cuando intenta arreglar todo rápido y sin cuidado. Si tuviese una moraleja, esta hablaría de que hay que pedir ayuda cuando tengas problemas, y que la perseverancia da mejores resultados que la pereza.

Como Doraemon carece de una trama principal, la serie podría continuar de manera infinita, y si le sumamos la cantidad de factores que pueden cambiar de un capítulo a otro, o incluso las colaboraciones con otras series, queda patente que además de cachivaches este gato tiene todos los ases bajo la manga. Un ejemplo de esta faceta adaptativa lo encontramos en Doraemon Story of Seasons, el nuevo juego para PC y Nintendo Switch, que resulta algo aún más novedoso fuera de Japón, pues es el primer título de la franquicia lanzado fuera de dicho país. Doraemon, Nobita y el resto de la pandilla viajan en el tiempo y el espacio, transportándose a una comunidad donde los niños también trabajan y contribuyen a la sociedad. Normalmente, Doraemon sacaría un gadget para traerlos de vuelta a casa, pero resulta que perdió todos mientras hacían el viaje espaciotemporal. Para matar el tiempo hasta encontrar los inventos, cada integrante de la pandilla se busca un trabajo. En el caso de Nobita acaba encontrando un puesto en una pequeña granja donde tendrá que labrar la tierra y cuidar a los animales.

La serie Story of Seasons ha sido desarrollada por los creadores originales de la conocidísima franquicia Harvest Moon tras el lío de licencia con Natsume. Y como tal, nos encontraremos con un simulador de granjas que verá la vida de un granjero desde un punto de vista más agradable, asimilándose más a Stardew Valley que a Farming Simulator 19. Gracias a ello consigue cautivarte con una experiencia de juego calmada y un sentimiento de relax mientras te paseas de un lado a otro haciendo cosas.

La fórmula de juego es encantadora y relajante si se hace de la manera apropiada, y nada mejor que combinar esta atmósfera con los personajes de Doraemon, que encajan a la perfección en casi cualquier situación sin requerir una clasificación PEGI. Es por ello que un simulador tan parecido a Harvest Moon es un lugar perfecto para Nobita y sus amigos. No obstante, el juego da por hecho que conoces este universo sin importar que esta sea la primera aparición de un juego basado en el gato azul en occidente. Inventos clásicos como la Puerta Mágica -que te lleva allá donde imagines- aparecen sin explicar nada más sobre ellos, dando por sentado que reconoces el artículo en cuestión y que sabes cómo funciona. Estas situaciones no son tan numerosas como para preocuparse, puesto que Google siempre tiene la respuesta a todo, pero es algo a tener en cuenta ya que reduce un poco la accesibilidad del juego.

Este tipo de simuladores no suelen enganchar porque carecen de una trama definida, pero esto no ocurre aquí gracias a que contamos con Doraemon y los demás. Su objetivo es encontrar la forma de volver a Tokio, y para ello necesitan recuperar los inventos. No es la panacea en cuanto a historia, pero es un añadido que nos ayuda a seguir avanzando. A lo largo del juego encontrarás secuencias cinematográficas breves que ayudarán con la progresión de la trama, pero eso no quita que estemos pagando un precio similar al de sus competidores recibiendo menos contenido y áreas que explorar. No es que sea algo malo, pero si eres un jugador que valora más la cantidad de contenido -como el presente en Stardew Valley- entonces este juego te sabrá a poco.

La mayoría de los días tienen una estructura definida. Tendrás que sembrar los campos, regar las plantas y hortalizas, ocuparte de los animales, hablar con los habitantes, ir al bosque o a la mina a por materiales, o simplemente caminar y explorar los alrededores. Hay dos festivales en cada estación, lo que cambia algo el ritmo del juego. Pensamos deberían haber metido más eventos de este tipo porque lo necesita. A veces las jornadas se hacen más largas que un día sin pan, ya que nos quedamos sin cosas por hacer. Para paliar esto podrían haber hecho algo típico en este tipo de juegos; añadir minijuegos o actividades extra para cuando tengamos tiempo libre.

La parte más destacable reside en los gráficos. El título nos presenta un mundo que parece pintado a mano, y el resultado es extraordinario. Si te decantas por la versión de Switch notarás algunos tirones cuando la consola esté en el soporte, pero no es algo que arruine la experiencia para nada dado que es un problema sin importancia. Los paisajes, los personajes y los animales tienen una pinta espectacular, y un aspecto tan bueno hace que pasear por el bosque o la playa sea algo verdaderamente relajante dado que todo tiene una apariencia maravillosa. El apartado sonoro también merece crédito aquí, algo que no suele tener mucho peso en este tipo de juegos. Aunque se torne repetitivo a veces -porque las canciones sólo cambian de una estación a otra-, la banda sonora no te decepcionará, por lo que dale una oportunidad en lugar de silenciarla y usar Spotify en su lugar.

El juego también incluye un par de mejoras que merecen ser mencionadas. La primera afecta a las acciones que podemos realizar. Como es habitual, contamos con un medidor de resistencia que se vacía según realizamos las acciones, y si no llevas cuidado, podrás colapsar por exceso de cansancio. Afortunadamente, el juego nos proporciona la opción de permite repetir una acción que ya has hecho, como regar la misma planta dos veces o minar la misma porción de tierra otra vez. Esto puede parecer una nimiedad, pero ahorrar la energía que gastarías en repetir una acción es algo vital en este tipo de juegos.

La segunda es la habilidad que han otorgado a Nobita. Con ella será capaz de echarse una siestecita allá donde esté. Esto no es nuevo, si no que los fans de la serie sabrán que Nobita nunca duerme lo suficiente. Descansando una o dos horas recargaremos la estamina, lo que nos permitirá hacer más tareas. Aunque no lo parezca, ambas mejoras son adiciones que marcan la diferencia a largo plazo.

Puede ser que Doraemon Story of Seasons no sea el bombazo de la temporada, pero hay que reconocer que el gato cósmico y sus amigos han entrado con el pie derecho en el mercado occidental. La combinación de unos personajes conocidos y la simulación de granjas es excelente, dando como resultado un juego que encanta y relaja a partes iguales. Si no te importa perder algo de contenido en comparación con títulos como Stardew Valley, y quieres disfrutar de un apartado gráfico único en su segmento, entonces Doraemon Story of Seasons es ideal para ti.