Análisis de Earthfall

Todo ha terminado y la humanidad está al borde del abismo, o al menos eso es lo que vemos en el shooter cooperativo de Holospark, Earthfall. Suburbios abandonados que ahora están dominados por basura alienígena. Nuestra misión es luchar contra los aliens y reclamar lo que es nuestro.

Para describir Earthfall podríamos decir que es Left 4 Dead, pero con aliens. Y le damos crédito a Holospark, porque no se andan por las ramas en este tema. Pero la verdad es que no lo estamos disfrutando tanto como con Left 4 Dead. Hay muchos aspectos que están ahí, los tiroteos están bien, los cambios de objetivos también están bien, los enemigos están bien... En general, parece que todo está... bien. De lejos tiene buena pinta, pero cuanto más te acercas, ves más detalles que se podrían haber mejorado, desarrollado más o, simplemente, se podrían haber ejecutado mejor.

Earthfall ofrece una selección de pistolas y armas cuerpo a cuerpo para cuatro jugadores preferentemente, aunque los bots también hacen un buen trabajo y puedes elegir su nivel de habilidad, según te apetezca. Los jugadores van completando misiones y avanzando por los escenarios en una mezcla de niveles lineales y tramos en lo que tienes que construir tus defensas, crear barricadas, y cabalgar la tormenta para que un generador se cargue o para encontrar gasolina para un vehículo, algo así. La mayoría de cosas son de manual y, aunque las barricadas (básicamente, puertas improvisadas para que los aliens no pasen) hacen posible que el juego se vaya construyendo a partir de lo que sucede, hay indicaciones bastante claras de cuál es la mejor forma de usarlas (ventanas o puertas abiertas). Parece una de las áreas que podían haber desarrollado más, ya que estas defensas no suelen durar demasiado.

La horda de alienígenas está formada por muchísimos drones, y la mayoría de ellos son poco más inteligentes que los típicos zombis, porque también se lanzan contra ti. Hay aliens que escupen veneno a distancia y otros más avanzados, del tipo mini-boss, como un globo, también conocido como Enrager; un recipiente de gas venenoso andante, llamado Sapper; Beast, que tiene un nombre muy adecuado; el secuestrador, Whiplash, y uno o dos más. Pero puede que el más interesante sea Black Out, que, básicamente, es un cúmulo de energía que ataca yendo de un lado para otro y lleva un escudo energético. Te encuentras con estas criaturas a lo largo de las diez misiones, lo que significa que no hay progresión real en cuanto a los tipos de enemigo. Sin embargo, los niveles sí que cambian bastante de uno a otro. También hay un buen preludio a cada mini-boss: hay un efecto de sonido y el primer jugador que ve al enemigo empieza a gritar, sin la necesidad de que los jugadores digan nada.

En cuanto al arsenal, están los típicos rifles de asalto, escopetas, pistolas, rifles de francotirador y granadas, aunque también tendrás acceso a armas más exóticas de tecnología alienígena en misiones más avanzadas. En algunos sitios hay impresoras 3D que te dan la oportunidad de imprimir armas al uso, y también encontrarás armas escondidas a lo largo de los niveles, y consumibles. La munición es limitada, menos en tu pistola, que tiene balas infinitas. Por lo tanto, es una buena idea intercambiar armas en los momentos de tranquilidad, y guardar tu exterminador alienígena sobrecargado para cuando las cosas se pongan feas de verdad. En lo que respecta a los tiroteos, de nuevo, son decentes, pero nos habría gustado que se les diera más importancia a las armas, sobre todo a las pistolas, que nos han parecido un poco mediocres.

Sin embargo, sí que hay mucha diversidad de escenarios, desde vecindarios de los suburbios hasta depósitos de trenes y varias instalaciones industriales. En general, pueden atacarte en todas partes, pero también hay zonas más cerradas.

Earthfall destaca a la hora de presentar al jugador las opciones tácticas y después intentar confundirlo con números. Cumple su función, y si haces las misiones una y otra vez, acabarás desarrollando una buena intuición para saber cómo planear las cosas y dónde establecer las torretas, dónde poner minas o dónde poner los bidones gas que están listos para explotar. No hace falta mucha estrategia, pero es más divertido, y lo mismo pasa con el trabajo en equipo. Y como era de esperar, también hay mecánicas que motivan el trabajo en grupo, incluidos estimulantes que puedes usar para curar a tus compañeros, revivirlos, etc.

Los mejores momentos de Earthfall son cuando estás debajo de un Thresher (un alien del tipo asesino que te tira al suelo y empieza a devorar tu energía) y otro jugador te salva las carnes, o cuando consigues flanquear a una bestia y utilizar tu arma alienígena sobrecargada desde detrás, mientras ataca tu barricada. O cuando llevas un arma montada y la pones justo en el punto perfecto para derribar a una ola de drones (al más puro estilo World War Z). El problema principal es que todo se vuelve demasiado predecible, los ciclos se enjuagan y se repiten, lo que te quita la motivación para seguir jugando.

La historia en sí gira alrededor de la causa del caos. Tendrás que emprender un viaje para encontrar la verdad, pero como las misiones no se hacen en orden, estar al día con toda la información es un poco difícil, así que es muy probable que no lo pilles todo. Pero tampoco pasa nada, porque lo importante es disparar a los alienígenas invasores. Vas desbloqueando "conocimiento" a medida que matas aliens, completas misiones o, simplemente, usas diferentes objetos. Sin embargo, la presentación no deja mucho que desear, así que conseguir estos fragmentos de historia no parece muy relevante.

¿Puedes pasarlo genial jugando a Earthfall con tus amigos? Claro que sí. Puedes divertirte hasta jugando con desconocidos. Pero es muy probable que tengas algo mejor a lo que jugar con tus amigos, y que después de un par de rondas de Earthfall quieras volver al juego anterior. Y ahí es donde Earthfall falla. Es una propuesta que no tiene demasiado valor, y lo más importante, no tiene lo necesario para que nos quedemos con ganas de más.