Henry Cavill abandonó The Witcher porque Netflix no entiende al personaje de Geralt

La semana pasada supimos que el actor de Superman, Henry Cavill, abandona la serie de Netflix de The Witcher y que, tras la próxima temporada, el papel lo asumirá Liam Hemsworth (Los Juegos del Hambre) y muchos fans concluyeron que simplemente no tiene tiempo para más proyectos con el nuevo contrato para ser Superman, y que además se rumorea que también está negociando el papel de James Bond. Sin embargo, a lo largo del día de ayer surgieron nuevas informaciones y declaraciones (gracias, Comicbook.com y Happy Sad Confused Podcast) sobre otras razones que apuntan a lo mucho que Henry detestaba la historia y el tono de la segunda temporada de The Witcher y a cómo su visión y la de los productores de Netflix simplemente divergían demasiado para que pudiera continuar. Algo que para cualquiera que haya visto la segunda temporada suena bastante probable.

"Una fuente de primer orden en lo que respecta a la serie - Cavill estaba contemplando dejar la serie después de la segunda temporada debido a los desacuerdos con los productores en relación con el contenido de la serie y el papel de Geralt. Y no necesitamos necesariamente el informe para saber esto. Como señala Redanian Intelligence, Cavill expresó sus frustraciones durante la gira de promoción de la segunda temporada".

Henry Cavill:

"La parte más difícil para mí fue encontrar ese equilibrio entre la visión de los showrunners y mi amor por los libros, y tratar de llevar ese Geralt a la visión de los showrunners. Se trata de mantener una línea muy fina. Es la historia de los directores de la serie y, por lo tanto, es una adaptación. Lo difícil para mí fue encontrar el lugar de Geralt de los libros dentro de eso y ser capaz de servir a ambos tanto como pudiera".

De hecho, hay que recordar que Henry Cavill ya contó a Gamereactor en exclusiva que sus episodios favoritos de la segunda temporada eran los grabados con Kim Bodnia (Vesemir) saliéndose del guion para acercarse más a los personajes de los libros, unas declaraciones que ahora cobran nuevo significado.