Análisis de Hitman 3 (PS5, Xbox Series, PC, Switch, Stadia)

2021 acaba de esperar y ya tenemos aquí uno de los juegos más esperados de todo el año. A punto, sin retrasos, y multiplataforma a más no poder. IO Interactive estrena el calendario de los AAA con Hitman 3, que pone punto y final a la trilogía del Mundo del asesinato y a la historia del Agente 47. No podía despedirse sin hacer un tiro perfecto.

Cambio radical en la historia que viene a contándose durante todos estos años, porque el punto de partida del protagonista es el opuesto al que nos tenía acostumbrado. El asesino más famoso del lugar se va a enfrentar en esta ocasión a la agencia para la que ha estado trabajando en las tramas anteriores. Providence son los malos y es menester del Agente 47 y algunos compañeros más acabar con ella. Sobra mencionar que, cuando te enfrentas a quienes tienen en nómina a los gatillos más certeros, la precisión y la habilidad es más importante que nunca porque se las saben todas y no dudarán en provocar tantas víctimas como sean necesarias.

Os contaba hace unas semanas, en la impresión final, que me estaba pareciendo la entrega más fina y lograda de todas, y me mantengo en esa opinión. No vayas buscando una vuela de tuerca o algo muy cambiado a los anteriores porque no lo vas a encontrar. Pero, a cambio, IOI ha producido el juego más perfecto de la serie aplicando todo el saber y toda la crítica, positiva y negativa, recibido con los anteriores. Hitman 3 te trae todo lo que quieres de esta serie desde el minuto uno a los créditos.

Ese gameplay de infiltración, sigilo y escondites está más logrado que nunca. Cuando te haces pasar por alguien o te cuelas donde no te llaman se dan situaciones muy entretenidas. Algo que se extiende al combate. A ver, lo suyo es que en estos juegos no tengas que ponerte a luchar a pecho descubierto, pero aquí hay tantas formas de matar que se puede dar cualquier situación. He triturado personas en prensas de vino, volado objetivos por los aires con bolas de golf explosivas y hasta he enterrado a alguno antes de tiempo. El mundo está literalmente abierto a tu imaginación más enfermiza.

Berlín, Dartmoor, Dubái, Chongquing, Mendoza y los Montes Cárpatos rumanos son los seis escenarios por los que toca viajar cumpliendo misiones. Por definición se espera que sean todos distintos entre sí y lo consiguen, tanto por aspecto como por diseño interior, pero una vez dentro sí es cierto que hay algunos con más variedad que otros. No solo están puesto ahí para proveer al jugador de una zona de combate, también cumplen su objetivo en la trama. De todos ellos, el área de tierras agrícolas argentinas es mi favorita. Contiene tantos entornos distintos que te abre un abanico de posibilidades para cumplir contratos amplísimo, y como es tan amplio siempre das con un rincón nuevo en el que se te ocurre alguna diablura.

Ir descubriendo rincones nuevos es uno de los puntos más fuertes de Hitman 3. Siempre puedes ir por la vía rápida y cargarte al objetivo de un tiro con más o menos facilidad, pero entonces te estás perdiendo lo mejor del juego. Tienes que meterte en la piel del personaje; o mejor, en la de muchos personajes. Por ejemplo, en Dartmoor (Alemania) sucede una pequeña historia que es de las más divertidas de toda la trilogía. Tienes que transformarte en detective privado para resolver un asesinato, un disfraz que te garantiza libertad casi total para moverte por el escenario y que te abre una situación como de Cluedo que te hace olvidarte por completo de que estabas en Hitman.

Pues este ejemplo hay que hacerlo extensivo a cada uno de los seis mapas y multiplicarlo por varias minitramas que pueden ir apareciendo por cualquier parte. Además, hay que volver una y otra vez a la zona para comprobar la evolución completa de la situación, porque por mucho que el objetivo sea siempre el mismo, lo que se forma en torno a él en función de cómo lo afrontes cambia por completo. Eso es, señoras y señores, pura rejugabilidad. Ya sea porque aumenta la dificultad, porque has conseguido un ítem nuevo con el que intentarlo, porque empiezas en otra parte del mapa o sencillamente por hacer mejor tiempo, motivos para repetir hay de sobra.

Esto contrasta con la otra perspectiva, la de la duración lineal. La trama per sé no es muy larga que se diga. Sin ir corriendo a los sitios, te puedes acabar la historia en unas cinco o seis horas. Depende de cada uno aprovechar lo que ofrece o quedarse solo con lo mínimo.

Claro que también hay que recordar que Hitman 3 viene con Hitman y Hitman 2 de la mano. El contenido antiguo está dentro de forma gratuita para quienes ya lo habían comprado antes o se puede adquirir para quienes lo quieran jugar por primera vez (o cambien de plataforma). Toda la trilogía con las expansiones son muchas, muchas horas de asesinatos, y la facilidad para tenerlo en todas las plataformas, con la sorpresa de última hora de la versión cloud de Nintendo Switch como guinda, es de agradecer.

IO Interactive ha hecho un buen trabajo técnico pero se ha dejado algún fleco sin cubrir. Han aparecido algunos problemillas de rendimiento, aunque ninguno alarmante, y algún susto por congelación durante varios segundos de vez en cuando que por suerte se pasaba y no obligaba a reiniciar la partida.

Con Hitman 3 se cierra la trilogía Mundo del asesinato, y sabemos que el Agente 47 se va a tomar unas buenas vacaciones porque el estudio danés se ha hecho con la licencia de 007 y no parece que vaya a pisarse a sí mismo. Pero deja la historia bastante abierta, más de lo esperado, así que hay muchas posibilidades de que sus trabajitos sigan en el futuro. Teniendo en cuenta que IOI ha conseguido subir aún más de nivel su propia fórmula, seguro que llegará el momento en el que vuelva con energías renovadas. Un cierre como este es todo un privilegio.