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Análisis de Homefront

La guerra se desata en América con el intento de THQ de desafiar a los Battlefield y Call of Duty con un shooter de cosecha propia: Homefront.

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No sé cuántas veces he derribado enemigos a tiros sin saber realmente por qué eran mis enemigos. La mayoría de los juegos tienden a quitarle peso a la historia y la dejan correr de una forma que haría llorar a la mayoría de productores de Hollywood.

Homefront contrasta fuertemente con todo esto, pues cuando disparo me aseguro de que cada proyectil haga el máximo daño posible a los coreanos que han devastado América en tan solo 26 años desde ahora. La trama no solo es emocionante y está bien escrita, sino que también presenta uno de los enemigos más despreciables que me he encontrado jamás.

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La historia va más o menos como sigue (puedes repasar el vídeo dedicado a introducirla bajo este análisis). Kim Jong-un, sucesor de Kim Jong-il, unifica Corea mientras América lucha con una economía que se desmorona y frente al desastre de los precios del petróleo, algo que obliga a la nación occidental a retirar sus tropas del extranjero para centrarse en los problemas domésticos. El lío continúa creciendo, el ejército toma el relevo y Texas declara la independencia, mientras Canadá y México deciden cerrar sus fronteras. Corea se aprovecha de la situación y ataca América con una enorme bomba EMP (Pulso Electromagnético) que produce un apagón de dispositivos electrónicos, facilitando la invasión poco después.

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Te pondrás al tanto de todo esto tan pronto como comiences el juego, pues el antes piloto de la armada Robert Jacobs recibe una visita poco bienvenida de un soldado coreano que quiere recluirte para su causa. Tu negativa pone tu trasero en un autobús que se dirige a un campamento de prisioneros, y en el bus comprobarás los efectos del dominio coreano en el pueblo de Montrose, Colorado. Aquí es donde Homefront demuestra sus verdaderos colores por vez primera; lo que habría aparecido como una simple excusa para soltar unos tiros, tiene una profundidad sorprendente cuando se van describiendo los horrores de la guerra.

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El lento paseo en bus a través del pueblo devastado te ofrece todo lo necesario para que compruebes cómo están tratando a los ciudadanos, disparados por la espalda o alineados en la calle para su ejecución. Lo que me impactó realmente fue una escena en la que unos padres le dicen a su hijo que no se preocupe justo cuando se dan la vuelta para ser ejecutados delante de sus ojos. Podría haber quedado sensacionalista y falso, pero Homefront consiguió estremecerme y despertarme de mi letargo de indiferencia.

El trasfondo de Jacob como piloto viene al pelo cuando cae en una misión de rescate. El plan consiste en robar a las fuerzas ocupantes tres camiones de combustible para aviones y colarlos en San Francisco, donde las fuerzas aéreas americanas tendrán la oportunidad de emplearlos para lanzar una contraofensiva mayor.

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Tu camino por el juego ya ha sido fijado, pero como no te respalda ningún personal militar y tus leales soldados compañeros son civiles con experiencia variable, recorrerás zonas residenciales bombardeadas, barriadas sobrepobladas o instalaciones coreanas improvisadas. La mayor parte de la acción de Homefront se desarrolla en estos entornos casi familiares donde puedes comprobar el impacto que la invasión ha provocado en los ciudadanos. Se trata de un marcado contraste respecto a la serie Call of Duty, conocida por sus piezas de acción exagerada localizadas en lugares espectaculares.

El estudio ha empleado el entorno distintivo para crear una sensación más claustrofóbica durante la acción de lo que suele verse en el género. Y aunque funciona realmente bien, también revela la ausencia de una inteligencia artificial a la altura. Es algo por lo que se ha criticado a Call of Duty en muchas ocasiones. Enemigos que asoman la cabeza cuando avanzas hasta cierto punto: es sorprendente encontrar los mismos fallos aquí. En ocasiones, te encuentras con enemigos que parecen dianas sin cerebro, algo que se carga parte de la atmósfera que el juego consigue mantener.

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Si buscas oposición inteligente, entonces mejor será que te metas online, donde Homefront ofrece algo más que el molde habitual del multijugador en línea. Escoges entre varios roles para meterte en la batalla y el objetivo de tu equipo es mantener dos de tres puntos en el mapa para ganar la partida.

Parece lo típico, pero una faceta única en forma de Battle Points se ha incorporado. Obtienes puntos por disparar a los enemigos o por hacer algo que ayude a tu equipo. Estos puntos pueden emplearse para liberar varios elementos, como por ejemplo activar las habilidades más poderosas y exclusivas de cada clase. Pronto dí con mi clase favorita con "Tactico", pues con 400 puntos pude activar un pequeño drone con ametralladoras, controlado de forma remota, que me permitía esconderme y eliminar enemigos desde una distancia segura. Los Battle Points también se pueden invertir para comprar el acceso a vehículos como coches, tanques o helicópteros, y esto añade un toque dinámico a cada partida. Para equilibrarlo todo y asegurar que un jugador no domine absolutamente, existen los Battle Points de bonificación que se otorgan al que elimina al jugador líder, y funciona realmente bien.

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Y no es lo único bueno que hay que decir del multijugador de Homefront, pues también están los puntos de experiencia cobrados después de cada partida, que van como ya te imaginas. Irás liberando nuevas armas y habilidades, que además podrán combinarse más allá con tu propio conjunto de armas y habilidades. Con estos pequeños giros incorporados en el sistema, y con un ritmo genial, el siguiente bonus siempre está al alcance. Es realmente difícil dejar de jugar una vez que has encontrado un buen equipo para asociarte.

Con tal historia de trasfondo, escenas que recordarás cuando termines el juego y un gran componente multijugador, es una pena que Kaos Studios no haya sido capaz de mantener la calidad a la altura todo el rato. Lo que comienza como una experiencia tensa y atmosférica en un futuro reconocible deriva en algo más parecido al infierno de acción de Jerry Bruckheimer donde casi puedes escuchar a un público invisible gritando "¡USA! ¡USA! ¡USA!".

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Parece como si Kaos Studios hubiera comenzado a sentir la presión de terminar el juego sobre el ecuador del desarrollo, pues la primera parte, en la que experimentas la brutal naturaleza de la invasión de primera mano se ve reemplazada por lo que se asemeja más a copias burdas de las escenas vistas en otros juegos de acción. Podría parecer extraño que algo que funciona bien en la serie Call of Duty no parezca encajar en Homefront, un juego que funciona mejor en las secuencias de acción cortas e intensas, en zonas urbanas muy pobladas.

Me da rabia que Homefront no haya conseguido alejarse de la tentación de seguir el camino familiar del drama de acción de Call of Duty. Durante mucho tiempo se sentía como un juego que apuntaba hacia la diferencia, intentando más que una segunda plaza en el género. Y aunque no consigue el éxito total, aún es un juego que los seguidores del género deberían probar, especialmente teniendo en cuenta que el componente multijugador te puede dar diversión durante meses.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Trama interesante. Momentos memorables. Variedad. Geniales opciones multijugador.
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Campaña corta. Pierde el norte hacia el final. Inteligencia artificial pobre.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Thomas Blichfeldt

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