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Immortality

Análisis de Immortality

La historia más ambiciosa y avanzada de Sam Barlow hasta la fecha intenta transmitir mucho más de lo que se ve a simple vista...

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Cosas de la vida, aunque llevaba años deseando jugar experimentar el último trabajo de Sam Barlow, no fue hasta el mes pasado que por fin pude hacerlo, de ahí mi reseña tardía. Pero también algo ha estado mal con la promoción de este título, que en realidad salió el 30 de agosto pero que ha pasado por debajo del radar de muchos tanto antes como después de aquella fecha. Y cuando digo 'mal' quiero decir absolutamente injusto, porque Immortality es uno de los juegos conducidos por la trama más profundos, inteligentes y singulares de la historia, por no hablar de que se trata de lo mejorcito en FMV (videojuegos de imagen real) que puedes encontrar. Por esto, antes de empezar -y te invito a seguir leyendo, que no hago ningún spoiler sobre los acontecimientos- date el gustazo de descubrir unas mecánicas narrativas nunca vistas como mínimo echando un vistazo a Immortality, probándolo durante un rato. Cuesta nada más que unos 15 euros en PC o Xbox, pero es que también forma parte del catálogo de Netflix o de Game Pass así que, ¿a qué estás esperando?

Ahora, en primer lugar, debes saber que Immortality es, en la superficie, la historia de Marissa Marcel, una actriz emergente que debutó con Ambrosio (1968), que se consolidó con Minsky (1970) y que regresó al celuloide por sorpresa en Two of Everything (Dos de todo, 1999) tras un misterioso hiato en su carrera. Pero más misterioso aún es que entonces desapareció y no volvió a ser vista, o que ninguna de sus películas llegó a estrenarse. El juego pide oficialmente a los jugadores que resuelvan estos dos misterios (lo que ocurrió a Marissa Marcel y por qué ninguna de las cintas se publicaron), pero con el tiempo les va planteando cuestiones mayores, más profundas.

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A modo de advertencia amable, ten en cuenta que esta no es la típica novela detectivesca. Que, por mucho que los tres filmes hablen de asesinos y víctimas, esto va de mucho más que averiguar quién mató a quién, o sus motivos. Y, ya que estoy, déjame recomendarte que te acerques a esta obra con una mente abierta y sensible ya que, una vez trascendida la trama básica, los distintos asuntos e inquietudes que pone sobre la mesa te pedirán que leas, que sientas y que finalmente interpretes su lenguaje artístico cinematográfico de una forma libre y no concluyente.

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Si juzgara únicamente los aspectos más tangibles y técnicos de Immortality, quedaría patente que se trata de uno de los trabajos FMV más ambiciosos, si no el más ambicioso, ya sea de Barlow o de cualquier otro autor. Viniendo de los también brillantes Her Story y Telling Lies, ambos a escala videocámara (grabaciones de entrevistas policíacas y videollamadas por streaming respectivamente) y ambos basados en palabras a la hora de navegar los clips, este título significa un salto impresionante tanto en valores de producción como respecto a la mecánica de juego principal.

Aquí estamos hablando literalmente de tres películas completas que se han escrito y planificado como si fueran a lanzarse al mercado en sus respectivas épocas, si bien solo parte de sus secuencias son tomas completas ante las cámaras, mientras que el resto del metraje viene de ensayos, momentos detrás de las cámaras, material extra o sesiones de lectura del guion. Quizá ninguna de ellas sería candidata al Oscar, ni lo pretenda porque al fin y al cabo recrean exactamente el tipo de largometraje y de éxito que quieren imitar en cuanto a presupuesto, ambientación y escala, pero todas podrían haber funcionado perfectamente en el contexto de su tiempo y género. Así de buena es la escritura de Barlow con guion adicional de Allan Scott, Amelia Gray y Barry Gifford, pero es que no le van a la zaga la cinematografía de cada film, su tono y por supuesto la actuación increíblemente convincente de todo el reparto. Pero luego volveré a esto.

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Entonces, con la producción y la calidad cinematográfica por las nubes, uno podría esperar que Barlow diera un pequeño giro de tuerca a su fórmula de exploración de clips por palabras y ya, pero nada más lejos de la realidad, ya que en esta ocasión las palabras quedan en un segundo plano para que el conjunto visual adquiera todo el protagonismo, lo que tiene aún más sentido hablando de cine. Esto significa que ya no tienes que teclear términos clave o seleccionarlos en los subtítulos para ir desbloqueando otros clips que usen esos términos. En Immortality vas navegando y descubriendo nuevo metraje a base de seleccionar objetos o rostros en la imagen, lo que te pone a bobinar y rebobinar las cintas para ver si 'ese' elemento concreto te da lo que buscas para saber más sobre una película o actor concreto. Es un proceso divertido, adictivo y lleno de posibilidades (la cantidad de elementos clicables es asombrosa), y como te va llevando constantemente de una a otra película, te obliga a ir organizando y entendiendo los sucesos de las tres películas tanto en el juego como en tu cabeza. Y aquí va otro consejo útil: puedes ordenar el metraje tanto por orden de acontecimientos en el guion, como por fecha de rodaje. Ah y que, en un alarde de ingenio, un retrato pictórico puede llevarte a otra pintura... o al propio sujeto del cuadro original. De nada.

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Ya solo con esto estaríamos hablando de un juego fascinante y de una experiencia indispensable para cinéfilos, ya que muestra cómo se hacían y cómo se hacen las películas, así como lo que ocurre delante y detrás de las cámaras, de un modo que parece casi educativo o divulgador. Es prácticamente un documental en sí mismo sobre filmografía, interpretación, guion y roles tanto de los actores como del resto del equipo, una carta de amor de Barlow a lo que claramente entiende como la expresión artística más refinada. Y conforme sigues navegando y sacando metraje, mientras procuras recomponer las tres historias y, al mismo tiempo, comprender qué le pasó a Marissa Marcel, vas viendo la evolución de los miembros del reparto y del equipo que repiten en los rodajes, como si fuera una especie de cuarta historia.

Y entonces pasa algo. Entonces te das cuenta de que esa cuarta trama en paralelo tiene más, mucho más que contar.

Te puede ocurrir muy temprano o ya bastante dentro de la partida (a mí me pasó sobre las tres horas). Te encuentras manipulando casualmente las cintas en una práctica que ya has asumido como algo natural y de repente notas algo distinto. Una visión, algo salido de tus pesadillas. Te recomiendo encarecidamente que juegues con un mando con vibración en Xbox o PC en lugar del modo tablet de Netflix, ya que es una sensación más tangible, con los gatillos y los sticks analógicos actuando como un viejo reproductor de cintas de vídeo. Puede que se active una especie de aparición, o quizá la suplantación de identidad de alguno de los actores con los que te estabas familiarizando. En las primeras cuatro o cinco ocasiones estos encuentros son impactantes, excitantes, escalofriantes de un modo que, curiosamente, solo recordaba de Silent Hill: Shattered Memories. Y también son espeluznantes y confusos, pero luego empiezan a hacerse reveladores. Y aún más adictivos...

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No entraré en más detalle sobre todo esto, pero baste decir que hay una cara B invertida en muchos de los cortes que merece explorar si te atreves a conocer el verdadero significado de Immortality. Que, cuando cada historia va encajando y tú empiezas a confundir las vidas reales de los actores con sus papeles, el juego comienza a permear la noción de que existe algo superior a ellos y en su interior. Que destapar lo que realmente ocurrió a Marissa Marcel implica inevitablemente lidiar con otros desafíos mayores inherentes a la condición humana. Que una historia triple que aparentemente habla de sexo, aspiraciones, cosificación de la mujer, pecados, musas y filmografía definitivamente debe encarar lo que el arte significa para nosotros, lo que ha significado históricamente para el ser humano. Y con todo esto viene la frustración, el entendimiento y la trascendencia, e Immortality los expresa de una forma tan bella como devastadora.

Ahí es cuando te das cuenta de que hay una dimensión añadida a esa actuación ya magnífica de unos actores que están haciendo de otros actores y de sus personajes, en ocasiones además tentados o controlados por una tercera entidad. Manon Gage es simplemente perfecta y versátil haciendo de Marissa Marcel, de Matilda, de Franny, de María y de Heather, pero es que Charlotta Mohlin, y no busques su papel en Google hasta que hayas jugado, la complementa con una interpretación memorable de las ansiedades más artísticas.

La vía que escoge Immortality para representar muchos de estos conceptos y para hacer reflexionar a los jugadores/televidentes al tiempo que procura hacerlos partícipes activos de algunos de ellos, puede ser demasiado oscura en ocasiones, hasta el punto de arriesgarse a frustrarlos o, peor aún, que dejen de jugar. Como cada partida se va desplegando de forma distinta para cada jugador, el orden concreto de los acontecimientos puede derivar en una experiencia más fluida o más torpe, y la mayoría llegarán a ver los créditos sin haberse hecho una idea completa de las tres tramas más el arco común, de modo que requiere no solo de tu atención, sino también de tu voluntad, de tu compromiso más allá de la apertura de mente arriba mencionada.

Dicho eso, la sola restauración interactiva de las tres películas ya es más cautivadora que Telling Lies pese a la narrativa más concentrada de aquel, y luego alcanza niveles que otros juegos ni siquiera se han planteado. Immortality es un esfuerzo increíble, un juego concebido para compartir y debatir con otras personas durante la partida y para estudiarlo y reflexionar una vez terminada. Una mirada inédita al interior más íntimo del mundo del cine. Cuando lo experimentas, de alguna forma termina siendo parte de ti.

Immortality
09 Gamereactor España
9 / 10
+
Maduro, con una intención muy alta. El sistema de navegación por objetos es inteligente e innovador. FMV a un nuevo nivel. Carta de amor interactiva al cine. Fantásticas actuaciones y filmografía. Engancha más que Telling Lies. Interesante uso del sonido.
-
Puede desquiciar según el orden de cada jugador. Quizá les pida demasiado compromiso. No le vendría mal algo más de dirección pese al mensaje reflexivo. Un par de inconsistencias inevitables.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: David Caballero

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