Impresiones: Dead Space Remake mejora un survival horror que ya era genial

Teniendo en cuenta que el Dead Space original fue lanzado en 2008, se podría decir que un remake de este mismo título es un tanto innecesario. Pero, también es cierto que estamos en una época de remakes y remasters, así que por qué no darle una (nueva) oportunidad a uno de los juegos de survival horror más emblemáticos de la historia. Y eso es precisamente lo que ha hecho EA Motive. Ha cogido un título muy querido, le ha dado una nueva capa de pintura y ha actualizado algunos sistemas para que se adapte mejor a la era actual. Y todo esto lo sé porque he tenido la oportunidad de sentarme y jugar los tres primeros capítulos de esta propuesta renovada como parte de una visita a las oficinas de EA en Londres.

Antes de entrar en materia sobre las pequeñas diferencias entre este remake y el original, me gustaría hablar de algunas de las similitudes. En primer lugar, se trata de un remake que rinde homenaje y que tiene muy en cuenta al juego de 2008 de Glen Schofield y compañía. Las secuencias se mantienen tal y como estaban, aunque con mejores gráficos, el terror sigue siendo sobresaliente y busca asustar en todo momento, y además, sigue ahí esa emblemática historia de ciencia ficción cargada de acción, en la que el protagonista, Isaac Clarke, debe abrirse paso a través de la nave USG Ishimura, gravemente dañada, mientras se enfrenta a todo tipo de criaturas horribles. Esa experiencia principal sigue ahí y, casi 15 años después, sigue funcionando increíblemente bien.

Pero al tratarse de un remake actual, EA Motive se ha tomado algunas libertades creativas para asegurarse de que la jugabilidad no parezca anticuada y se adapte de verdad a la generación actual. Por supuesto, como ya he señalado en varias ocasiones, los gráficos han mejorado notablemente. El traje de Isaac tiene un acabado mucho más detallado, la Ishimura es más aterradora, oscura y evocadora de lo que nunca fue, y la forma en que la luz se refleja en las superficies de la nave aumenta el terror de un modo que nunca antes fue posible. También hay que destacar el audio, que se ha mejorado para que el sonido retumbe por los pasillos de la Ishimura; esto hace más difícil saber de dónde viene el peligro, y se agrava cuando se va la luz y el único instrumento para iluminar el camino es una linterna.

Pero las mejoras audiovisuales no son lo único en lo que se ha centrado EA Motive, ya que este remake no está tan limitado como su predecesor desde el punto de vista tecnológico. La Ishimura ya no tiene pantallas de carga, lo que significa que puedes recorrer toda la nave sin interrupción alguna, y también se puede jugar toda la historia en un solo intento. Todo esto forma parte del trabajo de inmersión adicional que se ha realizado, un aspecto en el que Dead Space siempre ha destacado, pero que aquí alcanza un nuevo nivel cuando se combina con el sistema de juego sin HUD (ya que toda la información necesaria está disponible en el traje y las armas de Isaac) y los Necromorfos más realistas. Lo que quiero decir es que EA Motive ha procurado mantener los mismos monstruos y diseños, pero los ha ampliado dándoles esqueletos y anatomía completos que Isaac puede destrozar de varias formas con sus armas. La cortadora de plasma puede trocear literalmente a un Necromorfo y desmembrarlo, mientras que el lanzallamas, por su parte, es capaz de derretir la carne de los huesos, lo cual facilita aún más la extracción de las extremidades del torso. Es increíblemente gráfico y sangriento, pero también es una mejora que se agradece.

Estas características hacen que Dead Space sea más terrorífico y que se asemeje más a un lanzamiento nuevo que a un remake, y todo funciona en armonía con las habilidades de ciencia ficción que afectan al entorno (como la kinesis y la estasis) para que el combate sea más peligroso y atractivo. No obstante, cabe destacar que la IA de los monstruos parece un poco sosa. Aunque el miedo a ser perseguido por una enorme criatura asesina sigue estando ahí, el hecho de que puedas esquivarlos o eliminarlos fácilmente sin grandes dificultades (suponiendo que aciertes con los disparos) le quita un poco de emoción al juego. Es cierto que el avance que pude probar estaba en dificultad media, pero me cuesta imaginar que una dificultad más alta haga más inteligentes a los Necromorfos.

Pero en resumen, cuando pienso en el tiempo que jugué a Dead Space Remake, no puedo hacer otra cosa que sonreír. Sigue siendo una saga fantástica, y lo que EA Motive está haciendo con este remake demuestra que el equipo entiende que los remakes han de ser algo más que la misma experiencia con mejores gráficos. Las características actualizadas hacen que resulte novedoso y único, pero en ningún momento tuve la sensación de que el equipo de desarrollo se haya tomado demasiadas libertades y haya manchado la reputación del mítico título de survival horror. Puede que tenga una gran competencia con The Callisto Protocol, que se estrenará unas siete semanas antes firmado por los creadores de ese Dead Space original, pero cualquiera que disfrutase la primera aventura de Isaac Clarke debería estar muy atento a este juego.