Impresiones: Do Not Feed the Monkeys 2099 lleva su voyeurismo distópico al futuro

"Recuerde: no alimente a los monos". Era uno de los requisitos del contrato para entrar a formar parte del selecto Club de Observación de Primates en Do Not Feed the Monkeys, el maravilloso simulador de voyeurismo de la desarrolladora madrileña Fictiorama Studios. Hemos tenido la oportunidad de probar la versión demo de la recién anunciada secuela, Do Not Feed the Monkeys 2099, y viene repleta de nuevas jaulas y primates en un ambiente más futurista y tecnológico. Os podemos asegurar que en el futuro los monos también guardan muchos secretos que tendremos que descubrir.

"En 2099 el Club de Observación de Primates está más fuerte que nunca. El mundo se ha convertido en una distopía retrofuturista donde espiar no solo está a la orden del día, sino que es un entretenimiento en sí mismo. Bienvenido a Do Not Feed the Monkeys 2099: un simulador de voyeur digital que combina narrativa, investigación, vigilancia y gestión de recursos.

Nuestro personaje reside en Blue Blob0, un planeta con patrocinador propio (no podía ser otro que Blue Blob) que aspira a convertirse en la Nueva Tierra y en el que habitan diferentes especies. Nos ponemos en la piel de un humano que hereda de su tío el legado del acceso al Club. Nuestra misión es la de curiosear e investigar lo que sucede en las diferentes jaulas a las que tenemos acceso y recopilar información para escalar posiciones en el Club de Observación de Primates. Para ello, no debemos levantar la cabeza del ordenador más que para comer, dormir y trabajar para no caer en la bancarrota. Si os aterra la campaña de declaración de la renta, esperad a que os llamen a la puerta los burócratas del Consejo Galáctico para recaudar la Deuda Terráquea.

En la anterior entrega ya teníamos una gran variedad de jaulas, pero esta secuela no se queda atrás. Podría decirse que los escenarios siguen una temática más espacial, futurista y dentro de una sociedad muy basada en el uso de la tecnología. Las jaulas terráqueas del primer juego han dejado paso a paisajes de otros planetas, imágenes de satélites en mitad del espacio o a mostrarnos la vida diaria de especies no humanas (y no, no es tan distinta a la nuestra). Y este punto, a mi modo de ver, es de lo más interesante.

En plena época de plataformas como Youtube, Netflix o Twitch, este título nos presenta situaciones tan de actualidad como la de personajes haciendo streaming en situaciones extremas, nos muestra una sociedad online en la que los usuarios prefieren mantener relaciones interpersonales a través del ordenador que en persona, y un universo que se expande gracias a las grandes corporaciones y a costa de una mayor contaminación. ¿Os recuerda a algo? Si omitimos la vida extraterrestre y los viajes interespaciales parece que la sociedad del año 2099 no es tan diferente a la actual.

Es cierto que el juego original se nos hizo un poco corto, a pesar de que cada partida sigue un camino diferente y es una experiencia única. Por ello, esta nueva entrega supone un soplo de aire fresco que seguro que os encantará a aquellos que pudisteis probar el primero y que teníais ganas de seguir husmeando y descubriendo nuevas historias a través del MonkeyVision 2.1. No podemos decir por ahora que traiga novedades notables a nivel de gameplay (no es lo más importante en este tipo de juegos), pero sí podemos asegurar que a nivel de contenido las nuevas jaulas y la temática futurista le aportan un aire renovado a este genial "simulador de voyeur digital". DNFTM saldrá en otoño, pero antes tendrá demo en el Steam Next Fest.