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God of War: Ragnarök

Impresiones: God of War: Ragnarök ha sido amor a primera vista

Ya hemos disfrutado de las primeras horas de la secuela de Santa Monica Studio y os dejamos nuestra opinión al respecto.

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Han sido cuatro años muy largos desde que tuvimos que despedirnos de Kratos y Atreus tras el final de God of War (2018). Un viaje en el que los lazos afectivos y las sombras del pasado impregnaron con fuerza a todos los que la hemos vivido, y con un final que nos abría innumerables incógnitas y teorías que muy pronto tendrán respuesta. Porque God of War: Ragnarok ya está a la vuelta de la esquina, y nosotros ya hemos podido jugar lo suficiente como para empezar a hacernos una idea de la magnitud y la ambición que Santa Monica Studio ha puesto en este lanzamiento, cuyo mismo nombre parece anticipar lo que será el fin de una era para la serie del Fantasma de Esparta.

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Seré muy claro: En estas impresiones me voy a centrar mucho en las sensaciones que me han dejado las 3 primeras horas (aproximadamente) de God of War: Ragnarok, y no voy a mencionar eventos o personajes más allá de los evidentes que ya conocemos, porque sé que la gran mayoría de vosotros querrá llegar al lanzamiento con el menos número de spoilers posible. Con esto en mente, ya puedo empezar, y lo hago aventurando que Santa Monica lo ha vuelto a conseguir, y de hecho va a superar su anterior mejor marca como estudio, porque este es uno de esos juegos cuya secuela mejora el original, al menos hasta donde yo he visto.

Y voy a comenzar hablando del increíble músculo técnico que ha sacado aquí en su versión para PlayStation 5, porque este es el mejor exponente ahora de las posibilidades de la consola. No hemos tenido muchos exclusivos para ella (Este tampoco lo es, de hecho), pero creo que sí es la mejor razón posible para animarse a comprar una consola de Sony de nueva generación. Su uso de los gatillos adaptativos del Dualsense es espectacular, así como de la vibración háptica. No es solo que cueste dar los golpes fuertes por la resistencia del mando, es que incluso en las escenas guionizadas, si tienes que interactuar para partir un tronco que está estorbando en el camino y el ánimo de Kratos no está para tirar cohetes, cada golpe "pesa", se siente de una forma especial, y es para quitarse el sombrero que solo con una acción del mando puedas sentir de verdad el estado de ánimo del personaje.

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Lo mismo pasa con las sensaciones del entorno. Cada vez que tenemos que realizar un puzle con un determinado objeto o tirar de una cadena, el mando emite sonidos de eslabones chocando, y eso sin llevar los Pulse 3D puestos, porque entonces ya la inmersión es completa, con los sonidos de los enemigos que te llegan desde atrás por ejemplo, algo que si juegas con el audio de la TV te va a costar algunos golpes, sin duda.

Parece que con todo esto quiero vender algunos periféricos o la consola de Sony, pero solo lo menciono porque la inmersión en este juego tiene que ser a lo grande, porque el juego realmente es superior. Superior en cuanto a escenarios, iluminación y hasta el más mísero detalle, sea en la ropa, en las expresiones faciales de los personajes o incluso en la corteza de un árbol cualquiera del entorno. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. No esperaba menos, pero siempre me sorprende cómo Santa Monica toca el techo de los videojuegos actuales y lo sube un nivel más.

¿Y el nivel de exigencia que el juego nos pide? Bueno, yo estoy jugando en dificultad normal, y por el momento me parece un desafío más que justo. Nunca hay suficientes curas, y el combate contra el primer jefe importante (ese que vemos en el final de la primera entrega enseñando a Mjölnir) fue duro a más no poder, y creo que me llevó cerca de media hora poder derrotarle y recordar cómo funcionaban los controles precisos para contraatacarle. No es solo que yo sea un paquete, es que la pelea es épica a todos los niveles, y el sabor de la victoria tras acabarla es indescriptible.

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Solo he podio ver un par de pequeñas zonas antes de publicar estas impresiones, pero ahora el mundo se siente mucho más grande. Ya no hay una zona abierta alrededor del templo, como en el primero, sino que viajaremos por los nueve reinos y en cada uno la zona será lo suficientemente grande como para navegar y realizar los distintos puzles ambientales para ir recogiendo piezas de artesanía para que nuestros enanos favoritos mejoren el equipo de Kratos y Atreus. Éste por cierto tiene más peso en los combates, pero todavía no he podido revelar todo su potencial, tan solo arañar la superficie.

Y es eso, que solo he arañado apenas la superficie del juego entres horas y ya me parece que será una nueva obra maestra. La continuación del conflicto padre-hijo entre los personajes ha pasado a una nueva fase en la que Atreus empieza a ganar fuerza, y Kratos está agotado de luchar siempre, aunque eso no le para al usar toda su fuerza y brutalidad contra quien amenace a su hijo, sea dios o mortal.

Por ahora solo puedo decir que si todavía te estás planteando si este es un juego que debas tener de salida, ya solo por sus primeros compases te aseguro que sí, que debes disfrutarlo tan pronto como puedas. God of War: Ragnarok ha sido amor a primera vista, y quiero volver al idilio tan pronto como pueda para seguir explorando los Nueve Reinos.

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