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Jett: The Far Shore

Análisis de Jett: The Far Shore

Superbrothers está de vuelta con una aventura interestelar de lo más atmosférica, pero extremadamente rara.

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Cuando hablamos de videojuegos, me gusta pensar que estoy bastante abierto a nuevas oportunidades. No importa el género o la plataforma, suelo estar dispuesto a jugar a algo nuevo y, la mayoría de veces, puedo ver las partes positivas y las fortalezas de aquello que pruebo. Sin embargo, en ocasiones me topo con auténticas rarezas y, a pesar de intentar mirar la parte positiva, no es suficiente. Desafortunadamente, esto último es lo que más define mi experiencia con lo último de Superbrothers, Jett: The Far Shore.

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Este extraño cuento pone a los jugadores en la piel de Mei, una exploradora interestelar enviada a las estrellas para asegurar la supervivencia de su pueblo, atrapado en un planeta al borde del olvido. Tras aterrizar en un mítico planeta oceánico, Mei dirige un Jett, un veloz y ágil vehículo que baila sobre las imponentes olas que pueblan la superficie del planeta, mientras ella y un grupo de exploradores (Scouts) inspeccionan este mundo oceánico para determinar su hospitalidad.

La mayor parte del gameplay en este juego consiste en pilotar el Jett, usar su movilidad y gadgets para interactuar y analizar las diferentes formas de vida y estructuras geológicas que salpican el vasto paisaje. En este aspecto, Jett: The Far Shore se desarrolla como una auténtica expedición científica, cosa que, para quien no vive y respira en un campo de estudio, es en realidad bastante aburrido por su ritmo lento y constante. A los 30 minutos, empiezas a hacerte una idea del tipo de gameplay que ofrece Jett y, desafortunadamente, la cosa no cambia mucho a medida que avanzas en la historia, lo que significa que tiene ciertas dificultades para mantener el interés.

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El núcleo del juego tiene una historia contada a través de Mei y los exploradores, con la que se aborda la enormidad de la labor que llevan a cabo y las relaciones que se forjan entre el equipo. Pero, dado que todos los personajes hablan en idioma alienígena (con subtítulos, por supuesto), no es algo especialmente apasionante, y tampoco ayuda el hecho de que gran parte de la narración se transmita mientras pilotas el Jett, llegando incluso a hacer que detengas tu aventura para tener que escuchar algún descubrimiento científico "innovador" con más frecuencia de la que desearías.

Jett: The Far ShoreJett: The Far Shore

Esto mismo es uno de mis mayores problemas con Jett: The Far Shore. He mencionado cómo le cuesta mantener el interés, y esto se debe sobre todo al ritmo que tiene. Jett se autodefine como una aventura para un jugador con "actos cautivadores que abarcan momentos monumentales", pero suena un poco exagerado para un título con una parte de exploración de 20 minutos imposible de saltar, en un reducido terreno muy al principio del juego. En serio, tienes que matar 20 minutos para continuar la historia.

Y no me malinterpretéis, hay algunos momentos en los que el diseño del mundo te deja boquiabierto. Pero, a menudo, implican ver un enorme hito geográfico o una nueva criatura por primera vez y, si acaso, son algo fugaz y muy poco frecuente. El resto del tiempo me costó encontrar algo interesante que hacer, probablemente porque el mundo es enorme y la narrativa tarda demasiado en dejarte explorarlo de forma significativa.

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Luego están los modelos de personajes, más inquietantes que el terror existencial que afronta el pueblo de Mei. Los personajes parecen figuras de Playmobil, salvo porque tienen unas caras semirrealistas que resultan de lo más aterradoras y que, curiosamente, son un genial reflejo de lo que es Jett: The Far Shore en su conjunto: es un juego tan extraño y escandalosamente raro que resulta difícil de seguir y conectar con el.

Jett: The Far Shore

Pero no todo es malo. Como he adelantado ya, hay partes de Jett: The Far Shore que son genuinamente interesantes y valen la pena. El mundo es enorme y se ha diseñado de tal forma que quieres explorarlo, diseccionarlo y averiguar qué misterios se esconden bajo la superficie de este planeta. La banda sonora ayuda mucho en esto, y ofrece una lista de canciones de ciencia ficción muy atmosféricas que te ayudan a sumergirte en el mundo y en el viaje de Mei. Además, los Jetts son divertidos de pilotar. Disponen de un montón de mecánicas diferentes que te permiten planear, rodar y saltar por el planeta, y sus accesorios (una herramienta de análisis o un gancho, por ejemplo), te dan más facilidades para escudriñar el ecosistema, revelando la auténtica naturaleza de este planeta.

Sin embargo, incluso con estos aspectos positivos en mente, Jett: The Far Shore no entusiasma ni da motivos para volver a él. Es demasiado lento y carece de atractivo suficiente como para querer explorarlo todo, cosa que choca con lo que debería hacer un videojuego, en mi opinión. Sin duda, Superbrothers ha dado vida a un juego pulido y verdaderamente único, pero no puedo recomendar que apostéis por él, hay títulos mucho más interesantes y apasionantes ahí fuera.

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05 Gamereactor España
5 / 10
+
Pilotar el Jett es muy divertido cuando puedes volar libremente. El apartado gráfico sorprende. La banda sonora encaja muy bien con la experiencia.
-
El ritmo es demasiado lento. El diseño es tan extraño que a veces te saca de la experiencia. La narrativa no engancha,
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Ben Lyons

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