La idea no está nada mal, y estamos seguros de que hay un montón de “macarras al volante” que se lo pasarán bomba de costa a costa de los EEUU con The Run. Sin embargo, una serie tan querida no puede permitirse tal frenazo en la cantidad o calidad del contenido. La gente quiere correr, pero dentro del coche, así que sobran las escenas de película, los QTE y todo lo que entorpezca La Carrera en sí. Además, por muy bonito que quede, se conduce peor y es más aburrido que Hot Pursuit, por lo que la decepción de los fans está justificada.