Escalas un pico acompañado de una melodía suave, observando la naturaleza y mirando de vez en cuando hacia el objetivo. De repente, el ritmo se espabila, convirtiendo un relajante paseo en una marcha de guerra. La tensión va in crescendo, comienzas a mirar a tu alrededor, sabiendo que, en algún lugar, un enemigo te observa y viene hacia ti. Un troll rueda por la ladera al son de otra música, momento en el que sacas la espada y le encaras. El enemigo es fuerte, pero con la ayuda del fuego mágico consigues derrotarle. La música se calma, toma un respiro y vuelve a sonar: lo mismo que haces tú. En Skyrim todo evento está acompañado por la música a la perfección. A veces, los sonidos describen, otras inspiran, otras provocan ansiedad. The Elder Scrolls V: Skyrim toca la banda sonora que cualquier aventurero de la Edad Media llevaría en su iPod.