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Juegos del Año 2019: El juego decepción

Si hubiera garantía de calidad o una asociación de consumidores en este sector, algunos de estos no estarían en las tiendas.

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5. Ghost Recon: Breakpoint

Nos lo habíamos pasado tan bien con Ghost Recon: Wildlands que no nos podíamos imaginar que se pudiera estropear tanto un juego de una entrega a su secuela (vale, sí, hay muchísimos ejemplos). El nuevo escenario, la trama de los lobos, la presencia de Jon Bernthal en el papel del antagonista, el multijugador PvP de lanzamiento... Todo tenía sentido, era justo lo que queríamos oír. Pero la realidad fue otra: todo estaba mal en Ghost Recon: Breakpoint. Ni los personajes, ni el mapa de Aurora, ni la actuación de Bernthal. Nada está a la altura. Y para terminar de rematarlo, el estudio estropeó su delicioso gameplay con un sistema de loot que desvirtúa completamente las partidas. Al menos Ubisoft lo ha reconocido y ha actuado rápido para mejorar.

Juegos del Año 2019: El juego decepción
"Tendremos que dar explicaciones".

4. Grid

Grid no es, ni mucho menos, "el cuarto peor juego de 2019". En Codemasters saben hacer títulos de conducción y es muy complicado que lancen algo de mala calidad. Nuestro problema con el juego es que las expectativas eran altísimas y se ha quedado muy, muy lejos de cumplir. Sin rivales con los que competir en todo el año (es mejor que el nuevo Need for Speed, que quede claro) y con la asesoría y la imagen de Fernando Alonso, podría haber sido un referente en conducción, pero lo que tenemos es un juego raso y vulgar, que no destaca en nada, con una IA de baja calidad y una conducción muy poco creíble. Una compañía como esta no puede permitírselo.

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No es el tipo de derrape que le gusta a Fernando...
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3. Anthem

Y no se lleva el premio porque cayó rápido en el olvido y porque los dos que tiene por encima tienen delito. Salió con todos los fallos técnicos que malacostumbra EA últimamente (como también le ha pasado a un Star Wars Jedi: Fallen Order que para algunos podría haber entrado aquí), pero fue su falta de carisma, su terrible comunicación, su impacto nulo entre la comunidad lo que le puso el cartel más triste para una superproducción, el de D.O.A. ("Dead on Arrival"). Venía mal cosido, sin ritmo, sin continuidad en la historia, sin profundidad en las misiones y, aún peor, sin un plan claro. Juegos como Destiny y su secuela han sabido recuperarse tras un lanzamiento plano o indeciso, pero a Anthem le faltaba el ímpetu de su estudio, la protección de su publicadora y el cariño de la comunidad. Esos fans, además, siempre llorarán que el juego que supuso el sacrificio de Mass Effect terminara siendo culpable de una generación perdida para BioWare.

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"Pon cara de Anthem".
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2. Rune 2

Lo de Rune 2 es una guarrada. Lo que se suponía que debería haber sido la secuela de uno de los grandes en tiempo presente, y que lo tenía todo a favor por lo bien aceptada que está hoy en día la mitología nórdica y la evolución positiva de los juegos de acción en tercera persona en mundos semiabiertos, se convirtió en una pesadilla para los fans por las traiciones y los conflictos entre el estudio, la editora y Zenimax. De hecho, está en los tribunales.

Rune 2 no es un juego completo, es un juego inacabado al que le falla todo lo que va de la fase de planificación y diseño en adelante. Es injugable por la enorme cantidad de bugs y el mal rendimiento, por la gran diferencia de definición entre elementos o por cómo responden los controles. Ragnarok Game LCC quiere arreglarlo, pero va a tener que trabajar mucho para conseguirlo.

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"Under my um-brella, ah, ah".

1. WWE 2K20

Cuando decimos que nos gustan los juegos retro, no nos referimos a esto. WWE 2K20 es uno de los peores trabajos salidos de una gran compañía en toda la generación, con una cantidad de errores y fallos técnicos que no hubiera pasado un control de calidad si lo hubiera en este sector. Si no fuera por la definición de la imagen, en ocasiones pasaría por un juego de la era 128 bits, con modelos inexpresivos, movimientos acartonados, elementos apegotonados, gestos que no coinciden con el sonido.

La lista de defectos técnicos parece más bien un glosario; los tiene todos. Y lo peor es que, además, se juega mal, porque el gameplay también es horroroso. La introducción de minijuegos o miniacciones para todo, la dificultad de acertar al golpear o la nueva configuración de controles son un asco. Hasta las buenas ideas han acabado mal, como los nuevos modos de juego.

Yuke dejó la franquicia por las críticas y dio paso a Visual Concepts que, debate sobre micropagos al margen, hace un trabajo espectacular con NBA 2K. Pero aquí no hay ni rastro de esas destrezas, solo un juego sin acabar que nunca debería haber salido a la venta.

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Toda una bofetada a los fans y al legado de la serie.
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