Análisis de MADiSON

Esta es una reseña complicada de escribir, y no es solo porque sea incómodo escribir un texto en un búnker húmedo y aislado. MADiSON es sin duda el juego de terror más aterrador que he probado, pero al mismo tiempo también es uno de los más frustrantes. Si no me traicionan los nervios al teclear, intentaré ir paso a paso.

En MADiSON juegas como Luca, un tipo levemente perturbado que intenta descubrir qué está pasando en su vida, tanto dentro de su árbol genealógico como en la casa en la que vive. El juego comienza lanzándote directamente a la acción, y de repente estás encerrado en tu habitación mientras tu padre golpea salvajemente con los puños la puerta. Tienes que encontrar una forma de salir de la casa, y rápido. Sin embargo, resulta que es más fácil decirlo que hacerlo, y sin revelar demasiado, definitivamente no es por tu furioso padre por quien más deberías preocuparte en este momento.

El hecho de que MADiSON sea la experiencia más aterradora que he tenido en un videojuego no es una afirmación hecha a la ligera. He jugado de todo en el género, desde Dead Space y Outlast hasta Layers of Fear y Alien: Isolation, por mencionar algunos que me vienen a la cabeza. Estoy absolutamente fascinado con el género del horror, y en este frente MADiSON me ha dejado sin aliento varias veces (literalmente, a menudo me encargué de contener la respiración porque estaba completamente aterrorizado). Esto es gracias a tres puntos en los que el juego sobresale por completo.

El primero es la banda sonora. Los tonos horribles crean una atmósfera que pone la piel de gallina, pero la música intensa y dinámica en sí misma no es lo que crea esa empatía sin igual en otros títulos del estilo. Los sonidos naturales y habituales de una casa que escuchas todos los días se usan aquí de una manera tan impresionante que me corre un sudor frío por la espalda cada vez que crujir la madera. Cada vez que el viento ulula por los pasillos y da un portazo. Cada vez que el sonido del trueno golpea el exterior de la casa. Al igual que el siguiente punto, estos sonidos se suceden a un ritmo magistral y nunca te acostumbras a ellos.

El número dos es el dónde, cómo y cuándo se sirven los momentos de agonía en la experiencia como jugador. Títulos como Resident Evil 7 pueden tener largos períodos en los que deambulas en busca de una solución al puzle sin que suceda nada especial, mientras que en juegos como Outlast 2 presentan situaciones estresantes que te persiguen sin descanso. MADiSON, por otro lado, continuamente te da pequeñas pinceladas que te recuerdan que estás jodido, antes de confirmarlo periódicamente con una degustación de 'jump scares' bien situados en la narrativa.

El número tres es la jugabilidad en torno a la mecánica principal de MADiSON: la cámara Polaroid. Este es uno de los mejores diseños que me he encontrado para usar una cámara en un juego de terror, y me quito el sombrero ante él. Imagina lo siguiente: estás en un pasillo estrecho con una iluminación relativamente pobre. La única bombilla que cuelga del techo se aferra a los últimos vatios antes de que se apague en la noche y te quedes a oscuras pensando en todos los "Y si..." que te hayan pasado en la vida. Sacas la cámara y, con un chasquido, el flash ilumina todo el corredor durante una fracción de segundo antes de que oscurezca nuevamente, pero suficiente para mapear los alrededores y planificar una ruta para los próximos cinco o seis metros, pero luego se debe usar el flash nuevamente. Lo enciendes, pero esta vez vislumbras una figura al final del pasillo que gira la cabeza hacia ti antes de que la oscuridad te envuelva una vez más. Todos sabemos lo que viene ahora, ¿verdad?

Error. En el siguiente flahazo, la figura se ha ido. Sin ruido. Sin graves crepitantes, sin pantalla llena de una cara horrible que solo una madre ciega puede amar. Simplemente... nada. Solo el saber que no estás solo. Que hay algo ahí acechando, y que no lo vas a ver venir.

MADiSON te va a hacer mearte en los pantalones, y realmente tengo que aplaudir esto. Demasiados juegos de terror (y películas de terror, para el caso) enlazan constantemente momentos impactantes acompañados de acordes varios tonos por encima de lo soportable, y piensan que esto es el verdadero horror. MADiSON sabe hacerlo mejor. Sabe cuándo atormentarte lentamente por miedo a lo desconocido y cuándo golpearte en toda la cara con un mazo de puro miedo.

La cámara Polaroid en realidad funciona como una navaja suiza y se usa, entre otras cosas, para resolver acertijos, activar mecanismos y encontrar secretos. Puede tomar fotografías de cualquier cosa en cualquier momento y no tiene que preocuparse por la batería o la capacidad de almacenamiento. No sé qué tipo de polaroid es esta, pero seguro que Panasonic no es.

En otras palabras, me declaro admirador de la cámara y de cómo su uso se ha integrado en la mecánica del juego, sobre todo para reforzar el elemento de terror. De lo que no soy tan fanático es del diseño de muchos de los puzles del juego. Varios de ellos son increíblemente creativos y originales, pero también tenemos situaciones en las que tienes que tomar una foto de una cosa específica (sin una pizca de información o pistas sobre qué es lo que vas a tomar la foto) porque una muerte aleatoria debería aparecer en otro lugar de la casa (sin un solo pitido o un comentario del protagonista del juego que indique que esto realmente sucedió). El resultado es que a menudo deambulas confundido acerca de cómo progresar en el juego, y esto es decepcionante. Los acertijos deben ser desafiantes para descifrar y satisfactorios para resolver, no basados ​​en coincidencias que terminen frustrando al jugador.

En otras palabras, el juego, como la cámara de Luca, tiene algunos aspectos negativos. Me ha pasado repetidas veces que me he deambulado en círculos en busca de algo como un clavo o una tabla con la que interactuar, y miraba todo lo que se podía definir como tal. Después de diez o quince minutos, descubrí que lo primero que miré era correcto, pero que obviamente había mirado el objeto desde un ángulo ligeramente incorrecto y por tanto no conseguía activar el icono.

También cabe señalar que MADiSON tiene una mecánica completamente inútil en la que solo puedes llevar hasta ocho artículos a la vez. ¿Es molesto estar en un extremo de la casa y finalmente encontrar la llave que necesitaba pero no poder recogerla y, por lo tanto, tener que regresar al otro lado de la casa para dejar algo antes de volver a recorrer todo el camino? Pues eso.

Esta sensación se fortalece aún más por el hecho de que a menudo encuentras objetos para usar en un acertijo demasiado temprano, y debes cargar con ellos durante mucho tiempo. Por lo tanto, terminas intentando usarlos en varios acertijos sin éxito porque no se usarán hasta dentro de una o dos horas. Es posible que no te des cuenta de inmediato y, por lo tanto, te devanes los sesos con la incertidumbre de si no has entendido la solución del acertijo o si el elemento que tienes en las manos no se utilizará hasta varias horas después.

Un gran ejemplo es una habitación en la que te encuentras muy al principio en el juego. Allí encontrarás un candado con un código de cuatro dígitos. En la misma habitación hay una imagen que puedes dar la vuelta, y en la parte de atrás está escrito un año de cuatro dígitos. Si alguna vez has jugado a un videojuego, ya sabes qué hacer aquí, pero no. No funciona. Resulta que tienes que hacer algo más en la historia antes de tener que volver a introducir ese mismo código. Absolutamente ridículo. Esto no es más que mal diseño, y podría haberse evitado fácilmente.

Hay mucho fallo técnico en el juego, y esto es probablemente lo peor, porque simplemente es que no funciona correctamente. Varios errores hacen que la experiencia de juego se resienta, como una pantalla negra que dura unos minutos antes de que te expulsen al menú principal, donde la decepción es aún mayor cuando intentas recargar el juego para continuar desde la ubicación de almacenamiento anterior y vuelves al principio del juego. Inaceptable.

Personalmente, yo he debido tener una suerte increíble y no vi esta pantalla negra hasta que vi el final del juego, pero sí conozco casos de primera mano a los que les fastidió la partida. Luego pensé que era parte del final, pero después de dos minutos con una pantalla negra donde el texto que se desplazaba nunca llegaba, me di cuenta de lo que pasaba. Salí del juego y volví a cargar y de pronto, volvía a aquella habitación, y el padre volvió a aporrear la puerta. Nunca obtuve el trofeo de completar el juego por eso, y si lo quiero, tengo que atravesar de nuevo todo el recorrido. Si le doy otra oportunidad a MADiSON, será después de unos diez parches, más o menos.

Si solo estoy juzgando por el factor miedo, entonces MADiSON es un claro diez de diez. Se inspira en varios títulos fantásticos del género e implementa esto en su propio giro original del tropo de "casa embrujada" de una manera encantadora. Además, rezuma una atmósfera apasionante y toma ideas de películas como The Conjuring, Insidious, Blair Witch y Babadook que luego refina y las lleva a nuevas cotas.

Aún así, el diseño extremadamente pobre, la inclusión de una mecánica completamente innecesaria que parece que solo está ahí para extender el tiempo de juego y un puñado de errores fatales pueden arruinar toda tu progresión. Esto es bastante grave, y debería haberse abordado antes del lanzamiento.

A pesar de esto, puedo decir honestamente que nunca he estado más asustado sentado en el sofá con un mando en mis manos. MADiSON se aferra a ti con garras y dientes y perfora profundamente tu psique. Es un horror impactante, poderoso y angustioso con una banda sonora magistral. Si puedes ignorar los errores mencionados en este análisis o lo juegas cuando ya estén parcheados, entonces solo hay una cosa más que pueda decir: Recuerda cambiarte de ropa interior al terminar de jugar.