Análisis de Patch Quest

Tras pasar casi un año en acceso anticipado, finalmente ha llegado la hora de que Patch Quest, la colorida mezcla de géneros de Lychee Game Lab, se dé a conocer al mundo. Es una especie de fusión de los subgéneros metroidvania y roguelike con una buena dosis de mecánica bullet hell. Todo ello enmarcado en una estética cautivadora y distintiva que se presta increíblemente bien a lo que es esencialmente una mezcla de ideas que en principio no deberían combinarse tan bien como lo hacen. Adéntrate conmigo a la jungla y te mostraré cuál es la guinda del pastel de este juego.

Patch Quest se desarrolla en el misterioso mundo de Patchlantis, en el cual eres libre de explorar a tu antojo en función de tus habilidades. Al igual que en cualquier otro juego basado en la fórmula de los metroidvania (que sigue siendo entretenida aunque esté quemada), tu capacidad para viajar por el mundo está estrechamente ligada a las habilidades de tu personaje. Patch Quest no es la excepción. Tu base inicial tiene cuatro entradas y solo una de ellas está abierta al principio de tu aventura. A medida que descubres y encuentras más cosas, se desbloquean nuevas posibilidades y se abren puertas a nuevas zonas.

Patchlantis se divide en varios biomas o zonas únicas, llenos de su propia fauna, vida salvaje, cuevas secretas y, como cabe esperar, jefes. Cada nueva zona que exploras se genera aleatoriamente, lo que favorece el espíritu de aventura que impregna casi todos los aspectos de Patch Quest y anima a jugar varias veces. Puedes aventurarte en este juego solo o con un amigo a tu lado en el sofá con el modo multijugador de pantalla dividida. Pero sin duda, la mecánica más destacada de Patch Quest es el lazo de tu personaje, con el que podrás capturar, domar y montar a todas las criaturas que te encuentres en el vasto mundo.

Cada criatura cuenta con sus propias habilidades únicas, que heredas y puedes utilizar mientras cabalgas sobre su lomo. De esta manera dispondrás de muchas formas interesantes de moverte por las distintas zonas. Además de los jefes, que la mayoría de veces desencadenan un bullet hell normal, y en pocos milisegundos, el juego se transforma en un schmup de toda la vida. Aunque no está al nivel de los grandes del género como Mushihimesama o DoDonPachi, merece la pena señalar que las últimas zonas del juego pueden ofrecer batallas intensas de verdad que te harán sudar la gota gorda y saltar de emoción.

Son desafíos que a mí me han gustado mucho y que nunca me han parecido injustos o imposibles. Todo lo contrario, te animan a experimentar con diferentes criaturas para montar, mejoras y habilidades para tu personaje y, lo que es más importante, diferentes equipamientos. Por suerte, el castigo por fallar también es más suave, lo que hace que no solo disfrutes del juego, sino que aumente tu motivación para seguir probando diferentes combinaciones y explorar aún más el mundo del juego. De esta manera también encontrarás potenciadores y otras habilidades que te ayudarán en las batallas que irán siendo cada vez más difíciles.

Además de las criaturas que puedes capturar y montar, gran parte del juego se centra en adquirir mascotas para llevártelas a la base. También puedes recolectar fauna y flora de tus viajes por Patchlantis, que puedes plantar en grupos de cinco para crear un bioma específico, algo que la gran variedad de mascotas necesita para vivir. Y por supuesto que también puedes acariciar y mimar a tus amiguitos, lo que de hecho repercute de manera positiva en su salud. Esta parte más lúdica de Patch Quest supone un bonito descanso de la exploración, que a veces es bastante intensa.

Un aspecto en el que Patch Quest es realmente bueno y que me gustaría destacar, es cómo obliga al jugador a probar constantemente nuevas criaturas y habilidades. Porque al igual que en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, en el cual las armas se degradan lentamente cuanto más se usan, los animales que capturas y montas tienen un límite de usos o munición si así lo decides. Aunque encontrarás muchos más en la naturaleza, se agotan rápidamente durante los numerosos enfrentamientos, obligándote a estar atento constantemente a nuevos animales potenciales que conseguir.

Tanto si decides enfrentarte solo a los retos de Patch Quest y Patchlanti como si lo haces con el amigo que quieras en tu sofá, la obra indie de Lychee Game Lab ofrece una variedad increíble y muchísima diversión. Tienes más de 50 animales diferentes por descubrir, un montón de jefes desafiantes, un sinfín de builds interesantes de habilidades y un deseo constante de ir siempre más allá. Sentirás una gran alegría descubriendo y explorando. Se me hizo muy difícil soltar el mando durante largos periodos de tiempo, lo que demuestra lo incomparablemente entretenido y bien pensado que está este sistema de juego.