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Return to Monkey Island

Análisis de Return to Monkey Island

Regresar a la isla con la segunda cabeza de mono más grande que hayamos visto ha sido un cierre fantástico a la serie de aventuras gráficas y al personaje.

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El género de las aventuras gráficas no pasa ahora por su momento más boyante, eso está claro. Peor sí que ha conseguido mantenerse a flote y mutar su estilo y sus temas a lo largo de los más de 35 años desde que Lucasfilm Games lanzara Maniac Mansion, al que después le seguiría The Secret of Monkey Island. En ese tiempo hemos tenido productos que bebían intensamente del humor de aquellos primeros juegos como Broken Sword o Simon the Sorcerer, a las aventuras modernas como Life is Strange e incluso en cierto modo los juegos de terror de Supermassive. Pero si pensamos en aventuras gráficas, a casi todo el mundo le viene a la mente un nombre de un chico rubio con coletilla, camisa blanca y una ingenuidad más grande que el océano: Guybrush Threepwood.

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Y aunque esta sería su quinta aventura en los videojuegos, su creador Ron Gilbert solo se encargó de las dos primeras entregas, y de eso hace ya 31 años (que en años de pirata son más de 170). Durante años los fans suplicaron por una nueva entrega de Monkey Island, y con la llegada de la pandemia, parece que Gilbert tuvo una poderosa punzada de nostalgia y reunió a toda la tripulación original (Dave Grossman, Michael Land, David Fox, Dominic "Guybrush" Armato) y se puso a trabajar en lo que él denominó "el Proyecto Manhattan de los videojuegos" para cumplir una promesa. Porque si hay algo que nunca supimos qué era hasta hoy es precisamente cuál es el Secreto de Monkey Island.

Y de eso va la historia, de la que no voy a entrar ni remotamente cerca en detalles, trama o resultado para no estropear la sorpresa a nadie, pero sí diré que Regreso a Monkey Island es un cierre redondo a las historias y personajes que durante 30 años han poblado el imaginario de los más veteranos jugadores, y es una carta de amor directa y sincera para ellos (como la que escribiría LeChuck a Elaine, por ejemplo). Si ya has pasado por el original y LeChuck's Revenge, puedes ir directamente a la aventura, pero si eres un grumete nuevo en este barco, el equipo de Terrible Toybox ha tenido la gran idea de crear un álbum de recuerdos en el menú principal donde puedes conocer paso a paso toda la historia de los dos primeros Monkey Island. Return to Monkey Island va dirigido a los niños de 30 años en adelante que crecieron con estas historias de concursos de escupitajos, recetas secretas de grog, pollos de goma con polea en medio y monos con tres cabezas. Y para que el juego sea una celebración continua, Guybrush irá encontrando aquí y allá tarjetas de trivial sobre detalles y conocimientos de los anteriores (algunas son verdaderamente puñeteras, y eso que yo vengo de jugarlos directamente antes de analizar este).

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Guybrush y LeChuck difícilmente podrían sostener la historia si no se rodearan de un elenco tan amplio y carismático de personajes que vuelven para sacarnos sonrisas cargadas de nostalgia y dos segundos después arrancarnos una carcajada y secarnos las lágrimas de risa. Aquí están Otis, Carla, Stan, el SCUMM Bar, el Vigía y tantos otros, nuevos y viejos, con los que será imposible no pararse unos minutos a agotar todas las opciones de diálogo posibles. Y de igual modo, me he podido pasar más tiempo del que sería prudente invertir en dejar a Guybrush parado y dejarme llevar por la fantástica música de Michael Land y los efectos de sonido. No sé cómo, pero el 'main theme' suena mejor que nunca.

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Hablemos de ese tema tan polémico en redes y que saca de sus casillas a Ron Gilbert. Su apartado artístico y rediseño de los escenarios y personajes. Puedo entender que el choque es grande, sobre todo si tenemos en cuenta las versiones originales (y pixeladas) e incluso esas ediciones especiales que salieron en 2009. Pero también creo que ha sido una decisión positiva por dos razones: Sirve a la historia al presentarnos Monkey Island como una caricatura de sí misma, y al mismo tiempo el nuevo motor de juego Dinky ha creado unas fantásticas transiciones entre escenas y movimientos del escenario que cobran vida, y con ellos los recuerdos de las anteriores entregas. Una decisión arriesgada si tu juego depende de la nostalgia como aquí, pero que como título individual sale claramente beneficiado. Del control de juego solo tengo palabras de halago, ya que la versión de Nintendo Switch que he utilizado para el análisis no solo ha sido estable (más que otros títulos de Devolver Digital recientes, como la desastrosa versión del por otro lado estupendo Cult of the Lamb), sino que su control point and click simplificado me ha parecido casi más atractivo que de haberlo jugado con teclado y ratón.

Además, creo que si había algo que pudiera preocupar a alguien antes de jugar al juego es si seguiría teniendo esa magia (vudú) con la que contaron los originales de los 90. El sentido del humor puede que sea atemporal, pero repetir los mismos chistes habría sido terrible. Por suerte, Return to Monkey Island sabe tomar lo justo para auto-referenciarse (constantemente, eso sí) y aprovechar para hacer algunas incisivas críticas al desmoronamiento de las tradiciones y a los cambios de la vida. Guybrush ha cambiado, ahora es más mayor, aguanta menos tiempo bajo el agua y su matrimonio con Elaine ha perdido ese fuego del principio. Y por eso se lanza a una última aventura frente a su archienemigo LeChuck por descubrir el Secreto de Monkey Island de una vez por todas. ¿Os suena? Estoy seguro de que la línea entre los universos de Monkey Island y Uncharted 4 es más fina de lo que creemos.

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Sí que ha habido momentos en que he dudado de si los puzles eran demasiado sencillos. Hay dos modos de juego, casual y difícil, y durante la primera mitad del juego el modo difícil se hizo bastante manejable. ¿Acaso ya tengo tan calado a Ron Gilbert que sus puzles y pistas me parecían fáciles? Bueno, eso fue hasta la mitad. A partir de ahí la complejidad y esos "tengo que conseguir eso para hacer lo otro y a su vez poder coger tal cosa" se vuelven endiablados. Entonces pude probar el modo casual, y reconozco que eché mano en dos ocasiones del libro de pistas que viene dentro del juego. Una manera de garantizar que todo el mundo que juegue puede llegar hasta el final sin tener que pedir ayuda al exterior.

Ojalá hubiera tenido más tiempo para deleitarme con los mil diálogos ingeniosos de Regreso a Monkey Island, pero llegar a tiempo para el análisis ha hecho que sacrifique parte de la diversión en post de animarte a que tú, lector, lo hagas. Porque yo ya conozco el Secreto de Monkey Island, y te animo con todas mis fuerzas a que tú también lo hagas.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
El cierre de la historia que merecía. Fantástico apartado artístico. Un sentido del humor a prueba del tiempo.
-
Es inevitable que algunas tareas y chistes se hagan algo repetitivas.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Alberto Garrido

Regresar a la isla con la segunda cabeza de mono más grande que hayamos visto ha sido un cierre fantástico a la serie de aventuras gráficas y al personaje.



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