Análisis de Samurai Jack: Battle Through Time

Samurai Jack es un personaje de dibujos que protagoniza una de las series de Adult Swim que más me han gustado de todos estos años, de esas que te alegran el rato con tan solo escuchar su melogía durante unos segundos o ver su cara cuadriculada. Cuando acabó la serie allá por 2017 con una temporada final quedé satisfecho y desde entonces cualquier cosa que tenga que ver con Jack me llama la atención por nostalgia y por respeto a un trabajo. Samurai Jack: Battle Through Time es una aventura hack-n-slash que vive de encontrar distintos combos de espada.

Se anunció hace tiempo para PC, PlayStation 4, Nintendo Switch y Xbox One, y al final también cuenta con versión Apple Arcade, así que hasta se puede jugar en iPhone. De hecho, con sus 4,8 GB es el juego más pesado que me he descargado nunca en el teléfono.

La historia no es exactamente la de la serie, pero está muy relacionada. Aku, su archienemigo, ha obligado a Jack a volver a viajar por el tiempo y por el espacio para enfrentarse de nuevo a esos malvados que ya había derrotado y que se lo van a poner más difícil que nunca. Al abrir todo su pasado, el estudio Soleil ha podido escoger los momentos favoritos de los dibujos animados.

Samurai Jack: Battle Through Time es bonito, ya lo juegues en una PS4 Pro o en un iPhone, y captura de forma más que correcta las sensaciones, la ambientación y el estilo de la animación. Emociona un poquito ver al personaje aparecer, completamente 3D y vigoroso. También hay una variedad de escenarios y paisajes riquísima, pues el estudio ha aprovechado a la perfección ese repertorio que brindan los viajes intertemporales para aplicar cambios de color y de formato. El concepto está perfectamente representado en pantalla.

No es un juego innovador, pues sus mecánicas son las de toda la vida, pero no por ello se notan viejunas. Jack golpea a los malos en la cabeza con la espada, les pega un corte por la mitad o los machaca según la combinación de botones que cada uno esté dispuesto a ejecutar. La partida avanza y la la variedad va creciendo a medida que se desbloquean novedades en un árbol de habilidades ingeniosamente diseñado. Se puede hacer un parry, esquivar, saltar doble o hasta coger a un enemigo para hacerle una pequeña kata.

Lo único malo es que, cuando fijas un objetivo, no puedes pasar rápidamente a otro. Provoca circunstancias como que acabas con uno que está marcado y te ves obligado a esquivar a otro que anda cerca, recular y enfocarlo a él para poder darle su merecido. No es que sea algo complicado, pero es un poco molesto y hubiera quedado mucho mejor el típico sistema de cambio de blanco automático al más cercano. Es la única queja sobre unos controles que van bien, que se parecen un poco a los del primer God of War, pero con Katana. Además, hay muchísimas armas. Martillos, hachas, espadas, armas de fuego... y todas funcionan estupendamente.

El otro defecto es que el diseño de niveles no está a la altura de la belleza y la riqueza de los mismos. La composición de las estructuras se repite demasiado y eso puede provocar que haya momentos en los que se hace más pesado, incluso con el bien sistema de combate y la variedad de entornos y armas. Las salas no tienen una conexión lógica y el estudio tampoco se ha preocupado demasiado por aparentarlo.

Excepto por eso, Samurai Jack: Battle Through Time es un muy buen ejemplo de cómo aprovechar una licencia de televisión para satisfacer a los fans y a quienes no lo son.