Análisis de Sly Collection

No soy el único que ha echado de menos al mapache Sly, según comprobamos con las cartas de los lectores de allá para cuando. El juego original salió en 2003 para PlayStation 2 y las continuaciones llegaron en 2004 y 2005. Desde entonces ha permanecido en el silencio, y no fue hasta el año pasado, con el lanzamiento de Infamous, cuando supimos lo que había estado haciendo Sucker Punch. Y pese a que Infamous fue un gran juego no rebajó las ganas de otro juego de Sly, por lo que este recopilatorio de sus aventuras es bienvenido.

La recopilación incorpora gráficos HD, compatibilidad con 3D, trofeos y algo de compatibilidad con Move. Las tres aventuras han sido preparadas para la ocasión por el estudio Sanzaru Games. Se nota sobre todo en los modelos de los personajes y en los gráficos en general. Los títulos de PlayStation 2 solían presentar cantidad de dientes de sierra en los bordes, y en esta área se ha trabajado.

Soy un gran fan de Ratchet, pero junto a él, los juegos de Sly eran los mejores plataformas a la venta durante la pasada generación. Las vacaciones de Mario en Super Mario Sunshine no ofrecían todo lo que esperaba, mientras que Jax & Daxter no estaban a la misma altura. Los títulos de Sly eran tan originales como juegos de sigilo para chavales de todas las edades mientras las plataformas, los giros sorprendentes, los atracos arriesgados y un doblaje estupendo completaban la oferta.

Cuando comencé a jugar Sly Collection y fui pasando entre Sly Racoon, Sly 2: Band of Thieves y Sly 3: Honor Among Thieves me chocó lo diferentes que son. El primero es una aventura de ladrones clásica con niveles lineales y con el reto basado en saltos calculados y batallas con jefes. Aunque es divertido, le falta más chicha de lo que recordaba y algo de refinamiento.

En el segundo juego se nota la influencia de Grand Theft Auto y Splinter Cell en el concepto, con muchos más elementos de sigilo y libertad de actuación. El segundo fue y sigue siendo el juego que más aprecio de la trilogía, y espero que Sucker Punch se inspire en él para la inevitable cuarta entrega.

Porque aunque el tercer juego recuerda mucho al segundo, se centra mucho más en la acción y tienes que ir cambiando entre más personajes, algo que no acababa de disfrutar. También me doy cuenta ahora de la cantidad de diálogos que incluyeron en el tercer juego. Las escenas intermedias constantes y el parloteo se hacen demasiado, y al final queda como el título más flojo de los tres.

Los juegos de Sly han envejecido sorprendentemente bien, principalmente por elementos tan básicos como el buen sistema de control y el concepto encantador. Muy frío y horroroso tienes que ser para que no te gusten Sly, Bentley y Murray y las peleas constantes.

Conseguir las tres aventuras juntas, durando cada una unas diez horas, no está nada mal. Para los maniáticos de completar los juegos existen un montón de objetos coleccionables, trofeos y cuatro minijuegos de Sly para Move entre los que destaca el del helicóptero.

Pero no todo es perfecto y hay algunos aspectos que te recuerdan que se trata de tres títulos de la generación pasada. Podrías caer en la cuenta de que muchos títulos en tercera persona tenían problemas con la cámara, y los de Sly pertenecían a ese grupo. Incluso aunque no eran los peores (más bien lo contrario), aún parecen algo viejos y caducos cuando la cámara se centra en algo que no viene a cuento. Morí en ocasiones por culpa de saltos de fe y enemigos fuera del campo de visión. Estos problemas están más presentes en Sly 2: Band of Thieves.

Resumiendo, está genial que rescaten a Sly y sus amigos. Poder comprar todos los juegos en un disco con extras y gráficos HD a precio reducido está muy bien. Sly Collection es un pedazo de historia de los videojuegos que apreciarán tanto los seguidores viejos como los nuevos. Puede que no parezca tan fresco como fue en su día, pero aún así es encantador. Y con eso gana mucho.