Análisis de Spinnortality

Spinnortality se considera un juego cyberpunk, pero en vez de luchar contra una sociedad opresora dominada por la tecnología informática, te toca crear una megacorporativa perversa con la que dominar el mundo.

Al principio de este juego de estrategia, te conviertes en el 'líder' de una corporación enorme: en realidad estamos exagerando, porque sigues siendo una marioneta de la 'junta directiva', quienes te proponen objetivos que tendrás que cumplir en un tiempo específico. Si no lo haces, perderás su aprobación y, cuando la tasa de aprobación llegue al 0 %, te despedirán y perderás la partida. Pero no te preocupes, los objetivos son relativamente fáciles de conseguir, si es que no te importa jugar sucio, claro. Tu meta principal como empresa es, obviamente, dominar el mundo con tus productos, que puedes vender en nueve regiones (Rusia, Oceanía, Asia, África del Norte, Oriente Medio, Europa, Sudáfrica, Norteamérica y Sudamérica). Cada turno te adelanta seis meses al futuro, en los que puedes decidir qué producto quieres lanzar y dónde. También deberás centrarte en las redes sociales: querrás que la gente interactúe porque te dará beneficios, información e influencia. No obstante, los productos que proporcionas son cada uno peor que el anterior: al principio son solo redes sociales, pero después empeora cuando te toca lanzar un producto que espía y rastrea la vida de los usuarios.

Aparte de las redes, tu megaorganización tiene otro objetivo: la inmortalidad. La junta directiva quiere que investigues técnicas como los transplantes de cerebro para llegar a la vida eterna. Por esto, deberás ganar mucho dinero para financiar estos proyectos, pero principalmente tienes que convencer a todas las naciones de que los aprueben y se involucren con tus productos tan cuestionables. Si espiar a los usuarios no fuese lo suficientemente terrible, ¿qué tal juguetear con su genética?

Todas las naciones tienen valores diferentes: una con importantes leyes sobre derechos humanos no te permitirá lanzar ningún producto que no los tenga en cuenta. Si quieres vender un robot que compre cosas sin el permiso del usuario ya puedes ir olvidándote. Aunque claro, no serías la gran corporación que eres sin un poquito de corrupción: puedes sobornar a los políticos para que suavicen sus leyes y comprar acciones en las redes para influenciar a la población y hacer que aprueben tus productos.

Eso sí, necesitarás un personal que idee e investigue los productos. Al principio, solo puedes elegir dos tipos de empleados: uno de prácticas, barato pero que cometerá más errores y puede que dimita, o uno normal, más caro pero más eficiente y con menos probabilidades de dimitir. Con el paso del tiempo, desbloquearás mejores formas de investigación e incluso podrás crear un homo sapiens super inteligente o conseguir IA que te haga el trabajo sucio. Aunque esto último suene muy productivo, tendrás que vigilarlas, no quieres que sean demasiado inteligentes... Otra desventaja de trabajar con IA y 'mutantes' (como los llaman los trabajadores) es que afectan a la felicidad de los empleados y, por lo tanto, a su eficiencia. Tu empresa no es nada sin sus productos, por lo que tienes que hacer feliz a tu personal.

Otro dato importante que tendrás que tener en cuenta es que nadie compraría tu producto si saben demasiado sobre tu empresa, es decir, es importante que mantengas una buena reputación. En cada partida tendrás que tomar una decisión para tu negocio, que puede ir desde ser ecológicos hasta ayudar a una nación. Según las decisiones que tomes, la opinión del público sobre ti mejorará o empeorará. No obstante, a veces no tendrás la financiación o los contactos suficientes para tomar la mejor decisión, lo que hace que el juego sea aún más interesante.

El dinero implica poder pero los contactos son de suma importancia también. No solo podrás comprar acciones o sobornar a políticos, sino que también podrás elegir financiar cualquiera (o todas) de las tres escuelas, por lo que sacarás provecho: la opinión pública mejorará y también conseguirás contactos muy valiosos que te ayudarán cuando trabajes en tu plan secreto, como el ejército, hackers y la alta sociedad.

En el menú del plan secreto, puedes elegir una (o todas) de las cuatro formas de conseguir el poder definitivo: el ejército, la educación, los medios o, la más moralmente correcta, convertir el mundo en un lugar mejor. Cuantos más puntos desbloquees en el plan secreto, más dominio tendrás sobre el mundo y, si esto no es suficiente, ¿por qué no dominar la luna también?

Aunque el ejército salga a menudo, ninguna nación va a la guerra. De hecho, las naciones ni siquiera interactúan entre ellas. Sin embargo, debido a que ya tienes que microgestionar muchas cosas, no se echa demasiado de menos la interacción.

La interfaz está muy pulida: parece una hoja de cálculo, lo que da una idea de estar de verdad en una empresa. Al principio, puede parecer complicado, pero enseguida le coges el truco. Hay tres modos de juego: en el modo fácil empiezas con una gran cantidad de dinero y en el difícil tienes que empezar de cero. El tutorial te dirige por el juego y te informa de cuando tienes que tomar el siguiente paso, por lo que no te agobiará con demasiada información de golpe.

El ritmo del juego te da tiempo de sobra para planear tu estrategia. ¿Quieres dominar el mundo o hacerlo un lugar mejor? Los acontecimientos aleatorios e inmediatos hacen que el juego se mantenga interesante. También es posible tener diferentes finales, por lo que puedes volver a jugar sin que sea repetitivo. Nosotros hemos perdido ya dos veces (una vez nos despidieron y la otra nos morimos de mayores) antes de dominar el mundo con nuestros productos poco éticos, e incluso hemos convertido la luna en una valla publicitaria. Spinnortality hace que nos sintamos mejor al ser malvados.