Análisis de Tennis World Tour 2 - Iguales

Habían pasado muchos años sin que los fans de los juegos de tenis pudieran alegrarse con un buen proyecto, y por fin parecía que la cosa iba a mejorar en esta generación con AO International Tennis y Tennis World Tour. Dos juegos con licencia oficial y estudios rivales obligados a esforzarse para superar al competencia iban a verse las caras. Pero la triste realidad es que estamos ante el fin de ciclo con solo un estudio vivo y haciéndose cargo de ambos. Mala señal.

Cuando Nacon lanzó Tennis World Tour en 2018 (aún se llama Bigben Interactive), había muchas ganas de juegos de tenis y por eso tuvo unas ventas más que decentes. Demasiada gente se dio cuenta tarde de que estaba comprando un juego inacabado en sentido literal, pues faltaba contenido y no funcionaba bien. No solo creció a base de parches, es que hasta se llegó a reestrenar con Roland Garros y Rafa Nadal como atractivos. Pero Breakpoint Studios echó el cierre y Big Ant Studios ha tomado el relevo para aplicar su experiencia en la otra serie.

El modo carrera era una de las pocas cosas de TWT decentes y esta segunda parte no trae cambios al respecto. Visto lo visto, es la mejor decisión. Tras crearte un personaje tienes que lanzarte a su formación a base de sesiones de entrenamiento, periodos de descanso y reuniones con personal especializado, todo para aumentar los puntos de experiencia. Es más o menos lo habitual, unido a un árbol de habilidades mínimo por el que ir progresando. Me hubiera gustado poder mejorar mi saque en vez de escoger entre mejora general de ataque, defensa o precisión, sinceramente. Está muy descafeinado.

En lo que no han racaneado es en la parte de personalización del tenista, pues hay ropa y equipamiento de sobra. La cantidad de raquetas, cuerdas, marcos, cintas del pelo y similares que puedes escoger es enorme. Hay incluso packs con cartas power-up que aplican capacidades especiales durante unos instantes del partido, es decir, que influyen en el gameplay. Los micropagos son muy sugerentes, pero en un juego que no te convence te dan pocas ganas de hacer gastos extra.

Lo peor del original era la propia mecánica de juego, tan mala que podías ganar prácticamente cualquier partido a base de dejadas... ¡desde el fondo de la pista! Partiendo de un nivel tan pobre, Tennis World Tour 2 ha mejorado, pero no lo suficiente. En este deporte la clave es golpear la pelota en el momento exacto y luego ya, en función de la calidad, aplicarle según que efectos con el giro de muñeca y el potencia del brazo. En este caso, hay que reconocer que la primera parte funciona bien, así que sin un buen timming no te llevas un punto. Es más difícil que antes pero se puede aprender con un poquito de práctica, como se debe.

El nivel de dificultad también ha mejorado un poco, así que esta vez no vas a ser capaz de ganar a Nadal como si fuera el 178 del ranking ATP. La evolución al ritmo del personaje se va notando en lo que es capaz de hacer y en cómo planta cara a los mejores. Otro punto a su favor, que no puede desaprovechar ninguno.

La personalización ha abierto nuevas opciones, pero sigue siendo muy plana si se compara con otros títulos deportivos. También da rabia que te limite a utilizar a un personaje predefinido y no te permita escoger a alguno de los 38 profesionales del circuito que están licenciados. Me hubiera encantado coger a mi paisano Casper Ruud y haberlo llevado a unos puestos del ranking que probablemente alcance algún día, porque promete.

Lo que tampoco ha cambiado demasiado son los gráficos y el sonido, prácticamente idénticos a los de su predecesor. En mi opinión, lo primero es más que correcto gracias a unas animaciones más suaves y lo segundo es muy bueno, así que, si bien siempre se puede pedir más, prefiero que hayan dedicado sus esfuerzos a otras secciones que necesitan más trabajo. Básicamente a cómo se juega y se controla.

En resumen, Tennis World Tour 2 es un pequeño paso adelante respecto al primero, pero sigue siendo pero que AO Tennis 2, que dicho sea de paso también es de Big Ant Studios. Que un mismo equipo haya tomado las riendas de ambos no es buena noticia, pero al menos se le notan ciertas mejoras. Han dejado algunas cosas como estaban, las buenas y las malas, y han metido un montón de opciones de personalización para pasar por caja. El gameplay necesitaba cambiar mucho y solo ha progresado para llegar al mínimo pasable, pero al menos ya está aprobado. El mundo de la simulación de tenis sigue buscando reencontrarse con su pasado brillante.