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The Oregon Trail

Análisis de The Oregon Trail

¡Saludos, jóvenes! Coged vuestras provisiones y herramientas para el camino, porque hoy nos lanzamos a la conquista del Oeste americano con The Oregon Trail.

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No sé cuántos años tenéis, pero reconozco que en mi caso he tenido que tirar de enciclopedia para saber qué tenía entre manos. Corría el año 1974 cuando el Consorcio de Educación Computacional de Minnesota (ojo), decidió producir un juego que mezclaba el arcade con las aventuras gráficas. Un cóctel que ahora podríamos identificar fácilmente con el roguelite. Aquel juego se presentó como una forma de enganchar a los chavales que hoy vemos en la serie de Stranger Things para que aprendieran sobre la historia americana. Y funcionó. Desde entonces The Oregon Trail ha conocido casi una veintena de versiones y reediciones, con mejor o peor resultado.

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En el año 2021 se llevó a cabo esta versión que probamos hoy para Nintendo Switch y que hasta ahora solo se podía jugar en Apple Arcade. Nos enfrentamos a un buen lavado de cara del videojuego de 1974, en el que se han respetado los sistemas de juego que lo hicieron popular (como la pesca, la caza, etc) junto con un aumento de las características que lo convierten en un perfecto roguelite. Un cambio de formato que lo acerca a una gran cantidad de público y lo lleva a una plataforma perfecta para los que no quieren depender de su teléfono móvil para jugar.

La tierra prometida

Nos encontramos a mediados del siglo XIX, en plena expansión colonizadora de los emigrantes americanos en su camino a California. Nuestra misión: elegir a cuatro valientes pioneros y llevarlos sanos y salvos hasta el estado de Oregón. La tarea no será fácil, las inclemencias del tiempo, asaltos, enfermedades y toda clase de aventuras se interpondrán entre nosotros y nuestro preciado objetivo. El juego comienza en el pueblo de Independence, donde tendremos que seleccionar los cuatro integrantes del grupo con los que partir con nuestra carreta.
Las opciones son muy variadas y habrá que estar muy atentos a contar con tantas habilidades como sea posible para cubrir las necesidades que puedan surgir. Granjeros, banqueras, aventureros, religiosas... cada profesión ofrece ciertas ventajas, pero también inconvenientes. Además de profesiones, cada personaje cuenta con sus personalidades: paranoica, amable, perezosa... todo cuenta cuando nos enfrentamos a un verdadero problema en el camino.

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Una vez en marcha, son muchas las cuestiones que hay que tener presentes. Los personajes tienen barras de salud, higiene, felicidad y energía y no podemos despistarnos ni por un momento. Además, contamos con un inventario al estilo de Resident Evil cuya gestión será fundamental si queremos sobrevivir a todo nuestro viaje. The Oregon Trail es un roguelite, es decir, no debemos rendirnos si no conseguimos llegar a Oregon en el primer intento. Es más, en cada uno de nuestros viajes conseguiremos desbloquear nuevas rutas y beneficios que podremos aprovechar en los siguientes intentos. La rejugabilidad está asegurada.

Pixelart al estilo John Ford y Ennio Morricone

Si hay un aspecto que hay que destacar de The Oregon Trail es su buen gusto a la hora de adaptar las historias del viejo Oeste. Esta nueva edición bebe directamente de grandes clásicos de la literatura y el cine americano, que además se extiende a la interpretación de la misma historia americana y el contexto tan especial en el que se colonizaron las tierras de Oregón. El juego nos avisa desde un principio de que se ha llevado a cabo una inclusión de razas y géneros, especialmente en lo concerniente a los nativos americanos (una expansión del original) que le sienta genial. Durante todo nuestro trayecto disfrutaremos de distintos escenarios en los que se representan todos los paisajes que cruzaban los antiguos pioneros en su viaje al Oeste: desde secos desiertos a nevadas montañas.

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Otra de las características más inmersivas de The Oregon Trail es su banda sonora. Ya sea moviéndonos entre menús o atravesando medio Estados Unidos, la música de este clásico en una absoluta maravilla, homenajeando en todo momento las mejores composiciones de las películas de John Ford o de Ennio Morricone. Esta música es el complemento perfecto para la cantidad de historias y personajes que saldrán a nuestro encuentro durante toda nuestra travesía. Las situaciones rocambolescas que nos asaltan en el camino se mueven entre lo cómico y lo dramático en un perfecto equilibrio de referencias a estas historias de vaqueros. El juego carece de un guion o una trama en sí, y en su lugar teje una gigantesca tela de araña en la que cada hilo es la historia de un personaje secundario que se entrelaza con otras. Cada viajero cuenta una historia, que se conecta durante toda la experiencia.

Te echaré de menos, querido NPC

The Oregon Trail es un buen ejemplo de cómo ejecutar misiones secundarias que alarguen y amenicen nuestra experiencia de juego. En muchos de nuestros intentos tendremos distintos encuentros con personajes que nos pedirán ayuda en sus propias empresas. Es importante valorar que si destinamos nuestros preciados recursos en ayudarles, estos a su vez nos pueden facilitar la vida en próximos viajes. Por ejemplo, un científico que nos solicita ayuda para desarrollar mejores carretas, en el siguiente intento puede ofrecernos un modelo mejor con el que empezar. La solidaridad en la frontera se premia. Por supuesto, esto también se aplica a nuestras malas acciones, y si pasamos de largo de los problemas que nos salgan al paso, puede que tengamos que afrontar problemas inesperados.

Estas situaciones se aplican naturalmente sobre nuestro grupo. The Oregon Trail tiene un fuerte componente RPG, donde las dificultades de nuestra aventura no solo afectarán a nuestra salud o higiene, sino que también habrá que mejorar aspectos como la puntería o la mecánica. Esas habilidades también podremos perderlas si nuestro equipo cae en depresión o enfermo. No os hacéis una idea del cariño que se le puede llegar a coger a uno de tus personajes después de haber ganado veinte regateos seguidos y que al final unas fiebres o un ataque de una animal se lo lleven por delante. Y tendrás que despedirte de él, e incluso darle sepultura en una tumba.

El camino tranquilo

Habrá ocasiones en que jugando a The Oregon Trail desearás que exista un modo fácil, uno en el que puedas disfrutar de su música y sus minijuegos sin retos, solo por el mero placer de viajar. Existe algo similar, pero enfocado a las misiones secundarias que podemos llevar a cabo guardando el progreso de la misión principal sin ningún problema.

El rendimiento en Nintendo Switch es perfectamente fluido y apenas vemos pantallas de carga a lo largo de nuestra aventura. Si le sumamos su magnífica ambientación y su apartado sonoro, The Oregon Trail es uno de los roguelites más tranquilos (o cozy) que hemos probado nunca, y muy accesible además. En el 90% de la aventura apenas necesitamos nada más que la cruceta de movimientos y el botón de aceptar, más que suficiente para aportarnos pura diversión.

The Oregon Trail
08 Gamereactor España
8 / 10
+
Un roguelite ameno, con una progresión suave. Multitud de historias y misiones secundarias.
-
Muy lineal, mismos encuentros con NPC. Los diseños de escenarios y personajes son repetitivos.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Eduardo Corrochano

¡Saludos, jóvenes! Coged vuestras provisiones y herramientas para el camino, porque hoy nos lanzamos a la conquista del Oeste americano con The Oregon Trail.



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