Español
Gamereactor
análisis de series
The Witcher: Blood Origin

The Witcher: El Origen de la Sangre (Netflix)

André ha soportado la tortura que es el nuevo spin-off de The Witcher en Netflix y está preocupado por el futuro de la franquicia...

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Henry Cavill ha hecho muy bien en bajarse del barco de The Witcher si el nuevo spin-off de Netflix, The Witcher: Blood Origin (El origen de la sangre), es un indicador del deterioro de la calidad de la franquicia. Por si no lo era ya la deriva de la segunda temporada. Efectivamente, El origen de la sangre es algo que lleva mi interés por más entretenimiento televisivo sobre el universo de The Witcher a la tumba y puede que vaya a peor si sigue yendo a un ritmo así de preocupante.

Uy, parece que se me ha olvidado empezar esta reseña con algo de contexto sobre la trama de la miniserie, aunque bueno, en este caso es así de relevante en realidad. The Witcher: El origen de la sangre es la historia de siete heroicos elfos que hacen del derrocamiento de una tiránica emperatriz su misión personal, uno de los cuales se convierte también en el primero que muta en un brujo que ataca monstruos. Suena más emocionante de lo que es.

A lo que nos enfrentamos realmente es a cuatro episodios de relleno y faltos de inspiración que no añaden nada nuevo a lo que ya se había establecido en el mundo de The Witcher. Los creadores de la serie han recurrido a distintas obras de fantasía para improvisar una fatídica ampliación del extraño mundo de Andrzej Sapkowski, y el resultado ha sido la serie de fantasía más genérica y sin personalidad de la historia actual. Es la versión televisiva de uno de esos DLC que ni aportan ni renuevan nada del juego original.

En El origen de la Sangre se habla mucho sobre que el destino del mundo está en manos de los personajes, sobre el tiempo y el espacio, y sobre la forma en la que estos se torcerán y cambiarán para siempre, pero nunca te da esa impresión. Lo que pasa no tiene ningún peso, nada parece ser urgente, importante o que merezca la pena prestarle atención. De hecho, muy pocas cosas son relevantes, ya que los guionistas van a la merced de otros y no consiguen construir nada original. No te hace falta ser vidente o un mago para adivinar exactamente cómo va a acabar todo.

Publicidad:
The Witcher: Blood Origin

En total seguimos a siete héroes, pero tendrían que haber sido solo tres, como mucho. Los primeros tres se presentan en el primer episodio y el resto se van incluyendo en la trama a trompicones y no dejan huella, al menos no una duradera. Por lo que, además de ir siguiendo a los tres personajes importantes, nos vemos obligados también a seguir a un mago que lloriquea cada dos por tres, una enana que bautizó a su martillo con el nombre que su amante que murió hace años, un elfo inútil que carga con un cuchillo de carnicero y tiene el don de hacer perder el tiempo a todos, y un séptimo del que ni siquiera me acuerdo después de haber terminado el capítulo final hace apenas 5 minutos. Michelle Yeoh es fantástica, como de costumbre, y Fjall y Éile, los enemigos mortales que naturalmente acaban desarrollando un vínculo más profundo (y forzado) el uno con el otro, funcionan bien como personajes principales. Por lo demás, con respecto a hacer interactuar a personajes que no son simplemente clichés planos y aburridos, es bastante penosa.

La serie gira básicamente en torno a cómo los elfos, enloquecidos por el poder, destruyeron su propio mundo y con el tiempo unificaron el mundo de los elfos con el de los humanos, algo que podría haber ofrecido un conflicto y un argumento más potente. En cambio, los creadores de la serie se han contentado con ir encontrando atajos constantemente para llegar al sangriento final lo antes posible, donde posiblemente El origen de la sangre hubiese funcionado mejor como una película para televisión que como cuatro episodios sin sentido. Por lo menos algo tan mediocre como Los Anillos del Poder podía mantener algo de interés en su intento por darle la vuelta a todo lo que nos encanta del maravilloso mundo de Tolkien y jugar con las expectativas de los espectadores, sin embargo, The Witcher: El origen de la sangre es, en el mejor de los casos, ruido de fondo a la hora de envolver los regalos de Navidad.

Aunque es verdad que hay algunas secuencias geniales y unas cuantas escenas con espadas bastante competentes, estas están intercaladas también con un entorno feo, efectos baratos y una narración flojucha, y esto convierte a la miniserie en una perturbadora antesala de la tercera temporada de The Witcher. Disfuté del prólogo animado sobre los orígenes de Vesemir porque tenía una gran conexión con el viaje de Geralt y El origen de la sangre hace el intento (en vano) de aferrarse a cualquier hilo conductor de la franquicia, pero podría tratarse de cualquier otra serie de fantasía si no hubiesen estampado el nombre de The Witcher en esta basura. Lauren Schhmidt, gracias por dejar el carbón bajo el árbol de Navidad.

Publicidad:
02 Gamereactor España
2 / 10
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado



Cargando más contenido