Warhammer 40,000: Dawn of War 3 - impresiones

El evento no oficial de Europa nos permite, una vez más, ser testigos del primer gameplay revelación del tan esperado título de estrategia en tiempo real, Warhammer 40.000: Dawn of War III. Se trata, efectivamente, de una serie longeva, repleta de marines espaciales, orkoz, eldar, caos y otras razas que se enfrentan en una guerra infinita (creada por Games Workshop). En este universo no hay buenos ni malos, lo cual supone el principal atractivo de la serie. De hecho, incluso los Marines Espaciales, los que habitualmente ocupan el papel de héroes, no son más que extensiones embutidas en armaduras del Emperador inmortal, que se alimenta de la psique de sus miles de voluntarios, más o menos. En sí, el tema se pasa de ridículamente épico y le va que ni pintado.

Así, en unos pocos años, Games Workshop ha dado un giro de 180º en los que a sus licencias respecta. Piensa que hace diez años, esta avalancha de juegos de Warhammer habría sido imposible. Afortunadamente, los tiempos cambian, por lo que a Relic no le ha costado mucho quedarse con la licencia de la joya de la corona del universo 40K.

Pues bien, Dawn of War 3 sigue en manos de Relic Entertainment y supone la continuación de Dawn of War 2, que ya cuenta con siete añitos. De hecho, tuve la oportunidad de ir a Vancouver a ver el lanzamiento de este segundo título y parece que hace muchísimo más tiempo. No obstante, gracias a los 'mods', a los DLC y al resto de contenido, incluso el título original de 2004 conserva a su fiel audiencia. El primer título era, en sí, un producto de su tiempo, sobre todo en cuanto a tácticas y a la construcción de bases, pero el segundo tomó una dirección mucho más postmoderna, con lo que ofrecía nuevas unidades y reducía la lentitud de la construcción.

Así pues, el nuevo título de la serie ofrece una campaña dividida en tres razas distintas: la primera (y la que nos mostraron) fue la de los Blood Ravens, de los Marines Espaciales, y su misterioso pasado. Por primera vez, nos libramos de los Ultramarines. La demo mostraba al líder del capítulo, Gabriel Angelos, progresando por un escenario tipo tutorial, cuyo objetivo era enseñarnos el movimiento básico, las habilidades especiales y el resto de cosas contra unos desafortunados eldar. Las unidades se dividen en tres categorías. En primer lugar, las unidades normales pueden encargarse bien de una cosa, como cargarse tanques (los Devastadores con laser o Lascannon) o despedazar a los enemigos atrincherados (Marines de Asalto con mochilas propulsoras y espadas sierra).

Segundo, las unidades de héroe, como nuestro sempiternamente gruñón Gabriel Angelos, tienen habilidades especiales para mejorar al resto de unidades. Gabriel, por ejemplo, puede saltar y golpear el suelo con su inmenso martillo de batalla para hacer un ataque que separe a las unidades. Una de las decisiones más curiosas (y no del todo positivas) que ha tomado Relic es eliminar el sistema de coberturas de los anteriores juegos. En el caso de Dawn of War 2, tus unidades podían cubrirse en agujeros hechos por la artillería o tras paredes y rocas. Pues bien, en Dawn of War 3, las coberturas son una especie de campos de fuerza tipo burbuja en los que tus unidades pueden cubrirse. Es más sencillo, pero al mismo tiempo es más aburrido y menos orgánico que el sistema antiguo.

En tercer lugar, las superunidades son las más grandes y las más fuertes del juego. En el caso de los Marines, pudimos ver a la Caballera Imperial de los Blood Ravens, Solana, caer desde el cielo con toda su gloria. El meca de guerra está hasta arriba de armas que podrás utilizar para arrasar una zona o lanzar misiles desde el cielo a distintos lugares. Es demasiado pronto para decir cuál será el equilibrio final, pero todo pinta muy épico. Al final de la demo, un impresionante láser que cae desde el cielo es el encargado de destruir la base de los eldar. El nivel que jugamos se situaba en un planeta helado con resquicios de lava, pero la versión final tendrá un montón de localizaciones variadas. Ahora bien, muchos están ligados a la campaña, así que, de momento, no nos quisieron contar contra qué nos íbamos a enfrentar.

Nosotros entrevistamos al productor ejecutivo, Stephen MacDonald, y le preguntamos por el desarrollo de Dawn of War 3. Lo cierto es que el título ha tardado mucho en salir, pero Relic se ha quedado muy impresionado con la dedicación de sus fans hacia los dos primeros juegos. Por eso, la modernización tenía que hacerse bien, así que el equipo de desarrollo ha cogido cosas de aquí y de allí. Por ejemplo, las unidades de héroe fueron una prioridad, así como la petición de los fans de poder construir bases para acomodar las batallas a gran escala. Además, esta última opción proporciona más opciones estratégicas a las oportunidades tácticas habituales.

La demo nos mostró la mecánica que distingue a los Marines Espaciales del resto de razas: puedes utilizar las cápsulas de desembarque para entrenar unidades al momento o para destrozar las formaciones enemigas y soltar refuerzos desde el cielo. Cada raza tiene una mecánica propia como esta para hacerla única.

Por otro lado, en esta ocasión, los gráficos no se centrarán solo en las apariencias. A medida que las batallas crecen, la necesidad de accesibilidad y claridad también aumenta. Por eso, el equipo de desarrollo ha trabajado mucho para encontrar un equilibrio entre la acción épica y la lectura de los efectos y habilidades especiales. A MacDonald, desde luego, le encanta el resultado final y ha afirmado que el equipo de desarrollo está muy orgulloso con lo que han conseguido. También ha querido enfatizar que la doctrina de las unidades de los Marines Espaciales es "metal contra roca" y eso también se ve reflejado en los gráficos del juego.

En el mercado actual, los títulos de estrategia en tiempo real han ido sucumbiendo y quedándose en la sombra. Las pocas excepciones que se han salvado no han podido superar a los shooter en primera persona y a los juegos multijugador. Así, Relic ha visto la oportunidad de devolver al género a la posición que se merece. Lo cierto es que los recientes juegos tipo MOBA han mostrado las mecánicas básicas del gameplay vertical, así que puede que esta nueva audiencia prefiera escaparse un poco y disfrutar de un poco de la tradicional profundidad que ofrecen los juegos de estrategia en tiempo real.

En definitiva, Dawn of War 3 parece querer juntar "lo mejor de ambos mundos", con la creación de bases del primer título y los héroes del segundo. Los gráficos han mejorado y eso es muy interesante y la filosofía no es solo "más grande y más fuerte", sino también aportar un poco de orden al caos del campo de batalla. Afortunadamente, esto ayudará a los usuarios a tomar la decisión adecuada en el fragor de la contienda. El resultado final puede no ser la experiencia increíble que muchos se esperan (sobre todo, si tenemos en cuenta lo que hizo Dawn of War 2), pero yo, por lo menos, me muero de ganas por poder jugarlo. Solo entonces, cuando lo tengamos en nuestras manos, podremos ver si la nueva dirección funciona. Los jugadores de PC vamos a tener que esperar mucho hasta 2017, pero, si el Emperador provee, merecerá la pena.