Análisis de Warlander

Antes de hablar de Warlander directamente, hay algo que creo que es importante destacar. En Internet se ha discutido mucho sobre el software anti-cheat que incluye el juego y que algunos afirman que ha estado recopilando datos. Aunque no puedo confirmar los detalles, es algo que está en boca de todos al hablar sobre Warlander. Es algo que todos los que quieran jugar deberían saber.

Pero dejando eso de lado, os presento a Warlander, el último juego de Toylogic, que es quien estuvo detrás de Happy Wars en 2012. Warlander es un juego multijugador en el que dos equipos tratan de defender su castillo y su base del bando enemigo. Por sus tres carriles, las torres que tiene cada bando y la base para invadir, Warlander podría compararse con un MOBA en cierto modo.

Pero eso no le haría justicia a Warlander. Cuenta con algunos elementos de MOBA, sí, pero también ofrece una pizca de combate medieval similar a Chivalry o Mordhau, acompañada de una ración de 'tower defense'. Al mezclar bien todo esto obtenemos una experiencia emocionante y divertida.

La jugabilidad de Warlander se reduce a un equipo corriendo para capturar la base del otro. Tanto los atacantes como los defensores pueden utilizar armas de asedio y cuerpo a cuerpo. Puede parecer una mecánica muy simple, Toylogic ha añadido un poco de variedad. Las tres clases principales son: el guerrero, un robusto luchador cuerpo a cuerpo estándar, el clérigo, el apoyo que no está mal para los combates y el mago, que lanza hechizos y destruye las armas de asedio. Cada una de estas clases cuenta con su equipamiento que puedes personalizar, pero la mayor parte de él no cambia mucho, especialmente en el caso del Guerrero o el Mago. También hay armas a distancia, pero aparte de los hechizos del Mago, muchas de ellas son versiones medievales de pistolas con opciones automáticas, de un solo disparo y de ráfaga.

Además de elegir tu clase, cuando entras a Warlander tu equipo tendrá la opción de decidir qué tipo de tácticas emplearéis en batalla y qué escuadrones asaltarán al enemigo, tomarán las torres o defenderán la base. Tras analizar durante un buen rato cada una de las clases y los roles, puedo decir que parece que a algunas se les ha prestado más atención que a otras. El clérigo, por ejemplo, decepciona un poco y no tiene mucho impacto en el campo de batalla. Puede luchar, pero no tan bien como lo hace el guerrero, y también puede apoyar a su equipo, pero en Warlander las peleas suelen ser tan rápidas que cuando vas a curar a un compañero, ya está muerto. Esto deja al clérigo en una posición bastante mala y hace que sea muy difícil elegirlo antes que al guerrero.

En cuanto a los roles, ser defensor al principio parece un poco aburrido, ya que lo único que haces durante los primeros minutos es colocar balizas y cañones. Pero en realidad es una de las posiciones más divertidas en las que jugar, porque abatir a docenas de enemigos mientras intentan asaltar tu base es muy satisfactorio. O lo sería, si las armas de asedio de Warlander no pareciera que disparan guisantes. Sobre todo, el cañón que dispara un impresionante chorro de fuego a los enemigos, pero hace muy poco daño en un rango diminuto.

El rol de asaltante te permite lanzarte de cabeza a la acción, simple y eficaz. Por otra parte, el rol de las fuerzas especiales no parece tener mucha cabida, ya que está pensado para tomar torres y objetivos, pero es algo que los equipos de asalto pueden hacer con la misma eficacia si se lanzan al ataque. Entiendo lo que pretende Toylogic con esto, pero no creo que funcione. Me pregunto por qué no tener solamente dos roles claros: asaltar la base enemiga y defender la propia.

Otra razón por la que se prefiere escoger el rol de defensor es que significa que no tendrás que meterte de lleno en el combate cuerpo a cuerpo de Warlander. Por desgracia, aunque parezca un Chivalry más caricaturesco, el combate cuerpo a cuerpo de Warlander no está tan perfeccionado. Las peleas suelen reducirse a dos jugadores rompiendo bloques y atacando hasta que su oponente se recupera. Sin embargo, esto no quiere decir que combatir no sea divertido en Warlander. Las batallas compensan en cierto modo la pobreza del sistema de combate cuerpo a cuerpo con escaramuzas extremadamente caóticas con magos disparando bolas de fuego sobre nuestras cabezas, otras clases atacando a distancia con sus ballestas automáticas y el derramamiento de sangre de las peleas cuerpo a cuerpo en medio de todo el alboroto.

No podemos negar que la acción de Warlander es divertida. Sumergirse en el caos de las batallas, que además son visualmente muy impactantes por todos los hechizos y habilidades que se ejecutan a la vez, puede enganchar mucho (a mí incluído). Pero a medida que pasaba más y más tiempo jugando, esta emoción del principio se iba perdiendo. Hasta que Toylogic traiga más mapas, modos de juego y otros contenidos al juego, Warlander corre el riesgo de apagar su brillo demasiado rápido.

Si tienes un rato libre, Warlander es un juego atractivo, divertido y sorprendentemente variado a pesar de contar con solo dos modos de juego en este momento. Con sus clases y diferentes armas de asedio para probar junto a un robot gigante y unos dioses del cataclismo que destrozan por completo el campo de batalla, hay mucho que hacer desde el primer momento. Sin embargo, el interés desaparece con el tiempo y a medida que la novedad se desvanece, no parece haber nada que te retenga en el juego.

La falta de complejidad hace que Warlander sea una experiencia muy buena pero olvidable al final. Si Toylogic quiere que este juego sea un éxito en los próximos meses o años, va a necesitar muchísimos cambios, por ejemplo mejoras en sus clases para que ninguna tenga ventaja sobre las demás y una revisión del combate cuerpo a cuerpo para hacerlo más entretenido.

En cualquier caso, jugar a Warlander es gratis. ¿Por qué no lo pruebas tú mismo?