Los juegos de historias interactivas se han vuelto muy populares en los últimos años. Gracias al auge en popularidad que ha recibido el subgénero con el trabajo de Telltale Games en títulos como The Walking Dead o The Wolf Among Us, durante la última década se han publicado muchos juegos similares. En lo que llevamos de año hemos visto estrenos como el exitoso The Quarry de Supermassive Games; As Dusk Falls de Interior/Night llegó poco después y ahora a mediados de agosto el estudio indie Team OFK se prepara para ofrecernos We Are OFK, una historia interactiva dividida en episodios que sigue las vidas de cuatro individuos en Los Ángeles que intentan hacerse un huevo en la industria de la música mientras lidian con el amor y otras emociones. Aunque el juego se estrenará de forma episódica a lo largo de las próximas semanas, ya he podido probarlo por completo y tengo unas cuantas opiniones al respecto.
En primer lugar, me gustaría dejar claro que, debido a su programación de lanzamiento por episodios, no indagaré en el argumento ni la narrativa principal más de lo que ya he comentado hasta ahora. Todo lo que necesitáis saber sin spoilers ya está dicho, pues se trata de un juego que se centra en apelar a las emociones y las formas en las que los cuatro personajes interactúan con el mundo y entre ellos construyendo vínculos. Está contada magníficamente y está repleta de emoción y encanto. Como era de esperar en un juego basado en las vidas de unos personajes de Los Ángeles en un campo creativo, la historia está narrada de una forma muy progresista e inclusiva.
Al tratarse de una historia interactiva, We Are OFK es muy fácil de jugar. Básicamente no hay controles, de hecho, el grueso del juego consiste en escoger distintas opciones en diálogos o mensajes de texto que te permiten avanzar en la historia y darle un toque más personal. Diría que la cantidad de mensajes de texto en relación con los diálogos es algo excesiva ya que al menos la mitad del juego está contada en mensajes. Un recurso algo flojo a mi parecer ya que carece de emoción humana. Y la falta de un esquema de controles complejo o un sistema de juego más dinámico puede ser un problema en sí mismo ya que, aunque juegos como As Dusk Falls te mantenían involucrado al menos con quick-time events, We Are OFK es tan contemplativo que se parece más a una serie de televisión de cinco episodios. Hay algunos momentos breves en los que tendrás que hacer algo más emocionante, pues cada episodio incluye una actuación musical con un videoclip con el que puedes interactuar mientras suena la canción, pero nada de lo que hagas en estos casos tendrá repercusión, lo que me lleva a preguntarme por qué están siquiera presentes en el juego.
Aun así, pese a tratarse de un videojuego, no llegarás a We Are OFK buscando que te sorprendan con ingeniosas mecánicas. No, lo harás por la historia y su estilo visual: este juego acierta en ambas cosas. Aunque puede resultar demasiado emocional y artístico para algunos, creo que Team OFK ha conseguido darles vida a sus personajes y permitirles brillar mediante unas interpretaciones del reparto y desarrollo argumental brillantes dando lugar a una narrativa entretenida. Cada personaje da la impresión de ser fundamental para los sucesos que acontecen y ninguno resulta aburrido ni parece que esté de sobra, todo está muy bien equilibrado.
En cuanto al estilo artístico y gráfico, los colores vibrantes encajan muy bien con el tono de la historia y permiten que esta destaque por sí misma. Es cierto que se echa algo en falta un poco más de detalle en algunos puntos, sobre todo en los personajes secundarios y en las multitudes que se muestran directamente como entidades sin rostro, pero en cierto modo también se trata de una forma de reafirmar quienes son los protagonistas y sobre quienes está el foco de la historia.
Team OFK también ha hecho un trabajo fantástico al no sobrecargar el juego por encima de sus posibilidades. La historia no se detiene demasiado en su presentación y, aunque el final parece llegar de repente, el estilo conciso de la narrativa, que dura unas seis horas, construye una historia interesante que se puede jugar fácilmente en una o dos sesiones como si de una serie de televisión se tratase.
En resumen, We Are OFK no tiene la misma naturaleza tan emocionante de otras historias interactivas, pero está cargada de encanto y personalidad. Por lo general, su diseño simplista es un punto a favor y su apariencia y estilo visual son muy atractivos. Como ya he dicho, es uno de los pocos juegos de la actualidad que es totalmente progresista, así que ya puedo sentir como se revuelve todo ese lado oscuro y detestable de internet al que le va a suponer un problema. Pero, si no formas parte de esa comunidad arcaica, We Are OFK es un juego que merece la pena visitar semana tras semana, ya que tiene un montón de cosas que apreciar y querer.